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Terrorismo doméstico

Juan arturo Salinas

En pocas palabras, el enemigo está en casa y no es necesario importarlo.

Todo acto terrorista es condenable, y esto incluye aquellos cometidos no solo por grupos o individuos extremistas, sino también por gobiernos.

El atentado registrado en el inicio del año 2025 en New Orleans es totalmente reprobable y lamentablemente, presagia la que podría ser una constante en el nuevo capítulo de la historia que inicia en Estados Unidos.

Ya el presidente electo Donald Trump fue objeto a mediados del 2024 de un ataque cometido por un francotirador identificado como Thomas Matthew Crooks, quien en su momento, apoyó al Partido Republicano que postuló al propio Trump.

Se trataba de un joven de tan solo apenas 20 años, quien fue abatido por elementos a cargo de la seguridad del todavía entonces candidato republicano, y en cuyo automóvil fueron localizados aparatos explosivos rudimentarios, tal como lo calificaron agentes del FBI.

Hoy el autor del ataque terrorista perpetrado en New Orleans tiene otras motivaciones y otros blancos: civiles inocentes que conmemoraban la llegada del año nuevo.
Shamsud-Din Jabbar, nacido estadounidense en Texas, pero sumado a las filas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), tiene una trayectoria en las fuerzas armadas norteamericanas.
Además de quitarle la vida a las 14 personas que arrolló con una camioneta rentada, Jabbar también transportaba aparatos explosivos en neveras que por fortuna no estallaron.

Las primeras voces apuntaron hacia un atentado cometido por lo menos por un migrante hispano que cruzó la frontera entre México y Estados Unidos ilegalmente, pero el punto quedó esclarecido cuando las investigaciones llevaron al propietario de la camioneta que rentó a través de una plataforma, tan similar a pedir el servicio de un Uber.

No hay información de latinos, hispanos o como quiera clasificárseles, que hayan participado, organizado o perpetrado ataques terroristas, pero esto tampoco quiere decir que no haya factores que eximan al cien por ciento de todos los individuos de este tipo de ataques.

La clave de un ataque terrorista son las motivaciones detrás de los individuos que los cometen: decepcionados del rumbo que lleva su país, cuando se trata de terroristas anglosajones, o por la radicalización política o religiosa como en el caso de los atentados fundamentalistas de ISIS o de otros grupos radicales.

Como advierte Noam Chomsky en su libro Piratas y emperadores, “la razón (de un ataque) no reside, lamentablemente, en la dimensión de los crímenes, sino más bien en la elección de las víctimas inocentes”.
En pocas palabras, el enemigo está en casa y no es necesario importarlo.