![El precio de la alcaldía de Tijuana: de 30 a 50 millones de dólares](https://psn.si/wp-content/uploads/2024/08/Copia-de-JUAN-ARTURO-SALINAS-1024x683.png)
Hoy los presidentes Claudia Sheinbaum y Donald Trump discuten temas que atañen a sus fronteras, sin que haya una adecuada representación social
Los gobiernos federales mexicanos poco o nada han comprendido a sus fronteras, desde Tijuana hasta Matamoros, y esta falta de conocimiento ha provocado el disparo de la inseguridad, sus repercusiones en el tejido social y la irregularidad en la tenencia de la tierra.
El primer factor, el de la inseguridad que ha llevado a que anualmente sumen alrededor de 2 mil ejecutados tan solo en la ciudad de Tijuana, está directamente relacionado con el trasiego de drogas y con el crecimiento de un mercado interno de consumo.
No es casual que en las calles veamos cada vez más personas que tras su adicción, deambulan por las calles buscando la forma de conseguir dinero para seguir drogándose.
Hablamos de miles de personas en esta situación, mientras que el gobierno federal en turno envía cada vez más elementos del Ejército o de la Guardia Nacional sin un previo análisis de nuestras condiciones sociales.
Gran parte de la droga enviada a Estados Unidos es llevada por quienes integran los grupos criminales utilizando recursos que van desde los túneles del célebre Joaquín Guzmán Loera hasta drones como algunos que fueron localizados en un centro comercial cercano a la línea divisoria.
Pero también hay que incluir a aquellos mexicanos radicados en la frontera y a quienes se les ofrecen ciertas cantidades por cruzar estupefacientes, o por ciudadanos estadounidenses y por las llamadas mulas ciegas que ni siquiera saben que están transportando droga o hasta indocumentados, como acaba de ocurrir con un ciudadano estadounidense que encontró a dos hombres en la cajuela de su carro.
A las ciudades fronterizas se les regatean recursos para su desarrollo social, pese a que a estas latitudes llegan miles de connacionales desplazados por la violencia o por la falta de oportunidades laborales, y nos toca brindarles servicios tan básicos como agua y alimentos, hasta terrenos y educación una vez que se han asentado.
Las participaciones federales son otorgadas en función de los censos pero no consideran a los migrantes ya sean compatriotas o extranjeros que en las fronteras mexicanas encuentran su camino y a veces hasta su destino, pues se quedan a radicar en Tijuana, en Mexicali, en Ciudad Juárez donde reinician su vida, a veces en fraccionamientos populares donde a
Hemos recibido oleadas migratorias procedentes de países tan distantes y distintos como las de Haití, que comenzaron a llegar desde mayo del 2016, hasta las caravanas migrantes integradas por ciudadanos de Honduras y El Salvador, o de Colombia y Venezuela. Incluso desde hace tres años, al detonar la guerra entre Rusia y Ucrania, también recibimos a hombres, mujeres y niños de esos países.
Hoy los presidentes Claudia Sheinbaum y Donald Trump discuten temas que atañen a sus fronteras, sin que por lo menos del lado mexicano, haya una adecuada representación social cuya voz sea escuchada por el gobierno federal, no solo en materia de tráfico de drogas sino de los problemas sociales que deben ser atendidos antes de que la venta y el consumo de estupefacientes encuentren en un tejido social dañado su caldo de cultivo.