Cuando la izquierda se alinea a la derecha

El dinero de los pobres que pavimenta las calles de los ricos

La narrativa oficial es seductora: el pueblo decide, vota, elige, el pueblo es sabio. Pero en Mexicali, el llamado “presupuesto participativo” ha sido secuestrado por el clasismo de derecha en un Cabildo de izquierda, la opacidad y la simulación democrática. O de plano el pueblo es muy…, o simplemente no lo consultaron.

En Mexicali cuatro de las obras ganadoras de la consulta ciudadana 2025 se realizarán en la zona dorada de la ciudad, donde vive la clase social más favorecida y con mayores ingresos. Bulevares amplios, calles limpias e iluminadas, vialidades de acceso a residenciales de alto poder adquisitivo. Mientras tanto, las 26 zonas de atención prioritaria —identificadas por el propio gobierno estatal— quedan fuera, como siempre.

La democracia como decorado

Nos venden la participación ciudadana como el nuevo rostro del poder popular. Pero, ¿quiénes votaron? ¿Dónde están los resultados completos? ¿Qué colonias participaron? ¿Hubo participación mínima válida del padrón electoral? ¿Se respetó el principio de máxima publicidad que toda consulta democrática debe garantizar?

La respuesta es obvia: no. No hubo transparencia, ni máxima publicidad, ni representación popular real. Solo un formulario abierto donde quien tuvo acceso a internet y pagó predial pudo opinar, y sin transparencia que demuestre que efectivamente la voluntad coincide con el resultado.

La democracia, cuando se convierte en trámite, ya no es democracia. Es una coartada.

La opacidad como principio disfrazado de democracia

Lo más preocupante es que este ejercicio público ni siquiera cumple con el principio constitucional de máxima publicidad, previsto en el artículo 6º de la Carta Magna y adoptado como principio rector de la función electoral desde la reforma de 2014. Según este mandato, toda información en poder de las autoridades que manejan recursos públicos debe ser accesible, clara, documentada y disponible para cualquier persona interesada o no interesada. No basta con decir que hubo votos: se debe probar cómo, cuándo, dónde y por quiénes, y sobre todo el qué y contra qué.
La opacidad de los datos específicos de la votación, los mecanismos utilizados, los padrones consultados, los criterios de validación, la ausencia de promoción de las obras ofertadas y el camino que recorrieron dichas propuestas, se incurre no solo en una falta ética, sino en una posible violación constitucional. La información no pertenece a los gobiernos; pertenece al pueblo.

El dedazo 2.0

Dizque se elige a candidatos por encuesta, y que las obras se definen por consulta. Mmmm.
Pero eso ya ni siquiera es un chiste; es un insulto a la inteligencia. Las “encuestas” son a modo. Y el presupuesto participativo, una bolsa de reparto para privilegiar a los mismos de siempre, también a modo.

En serio, ¿alguien con sentido común puede creer que los cientos de miles de mexicalenses en colonias sin parques, sin esparcimiento, sin cultura, sin deporte, sin alumbrado, y con calles llenas de baches prefirieron gastar millones de pesos en pavimentar el bulevar de los que ya lo tienen todo?
¿Y el Cabildo que no se supone es de izquierda?

La izquierda que gestiona el confort de los poderosos

¿Y el Cabildo? Silencio. ¿Los regidores y regidoras del pueblo? Bien, gracias, con su disciplina (sumisión) esperando sea un factor que les favorezca en las futuras “encuestas”.

¿Y los diputados locales? Callan también. No vaya a ser que los vecinos de San Pedro Residencial no cooperen para sus futuras campañas.

La izquierda que presume luchar por los pobres hoy se emociona porque puede inaugurar la banqueta donde estacionan sus camionetas los ricos. El progresismo ha mutado en gestoría de élite. Una especie de socialismo con aroma a mármol.

¿Qué sigue?

El presupuesto participativo debería ser un instrumento para corregir desigualdades, no para profundizarlas. Lo que hemos visto es una ficción democrática. No hay participación sin acceso, ni decisión legítima sin transparencia.

¿Dónde quedó el pueblo sabio? ¿Dónde la justicia social? ¿Dónde la izquierda?

La izquierda que no incomoda al poder económico ya no es izquierda. ¿Acaso las regidoras y regidores no escucharon el aplauso y la sonrisa complaciente del PAN?

La izquierda en Mexicali es sólo una oficina administrativa con discursos progresistas y resultados clasistas.