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Otro negocio que baja la cortina


El video en el que un joven restaurantero de Ensenada advierte que baja la cortina de su establecimiento por negarse a cubrir el cobro de piso ya le  ha dado la vuelta al mundo y revela lo que nuestros gobiernos no quieren ver: Baja California está en manos de grupos criminales que se disputan las plazas.

  Ya no es solo Tijuana la ciudad que concentra este tipo de delitos, pues con anterioridad, un restaurante chino en Mexicali  fue blanco de un ataque incendiario al cual se consideró una amenaza tras el cobro de piso.

  Ahora Ensenada se suma a estos hechos lamentables que tienen por objetivo a  casas de cambio, talleres mecánicos, smoke shops. Farmacias y tiendas botánicas, estéticas  y otros giros.

  Algunos profesionistas fueron privados de la libertad y hasta de la vida a manera de presión por cobrarles piso, sin que hasta el momento haya informes claros sobre la captura de los responsables.

  De acuerdo a la fiscal María Elena Andrade son más de 100 las denuncias que ha recibido el órgano a su cargo, pero no se ha sabido que las capturas sean proporcionales al número de carpetas de investigación por  este delito, que a estas alturas deben ser muchas más.

Pero antes de que dichas carpetas llegaran al escritorio de la fiscal, el gobierno del estado negaba dicha práctica y varios funcionarios se escudaban en el hecho de que no había denunciar interpuestas, lo cual equivalía a decir que sin denuncia no hay delito que perseguir.

  Mañosos, los funcionarios o secretarios de seguridad que invitaban a la denuncia sabían bien que los empresarios extorsionados están en la línea de fuego pues sus locales, sus empleados y a veces hasta sus familiares, pues se trata de blancos inmóviles, cuya ubicación está bien registrada por los criminales.

    Hoy 25 de agosto precisamente se cumplen 14 años de la tragedia  que dejó 52 muertos en el Casino Royale de Monterrey donde  miembros de la organización criminal Los Zetas rociaron de gasolina el inmueble, cuyos dueños se negaron a pagar la cuota semanal de 130 mil pesos.

   Nadie quiere llegar a estos extremos pero la historia reciente ya nos demostró que al menos Baja California, está a un paso de que estas tragedias se repitan.