SEÚL, Corea del Sur.- El Parlamento surcoreano aprobó una ley que prohíbe el uso de teléfonos móviles y dispositivos inteligentes en clases de primaria y secundaria, con el fin de proteger el derecho a aprender y reducir los efectos nocivos de la tecnología en las aulas. La medida entrará en vigor en marzo de 2026, pese a que especialistas advierten que el problema lleva años sin atenderse.
La reforma establece que los alumnos solo podrán usar sus dispositivos en casos educativos, de emergencia o como apoyo a personas con discapacidad. Además, otorga a directores y docentes la facultad de restringir la posesión de aparatos incluso fuera del salón de clases, cuando sea necesario para garantizar la enseñanza.
Sin embargo, el tema ha sido tomado a la ligera por las autoridades durante demasiado tiempo. La creciente adicción a los teléfonos entre los estudiantes se ha normalizado, sin que existieran antes medidas claras para frenar su impacto en la educación y en la salud mental de los jóvenes.
De acuerdo con la Unesco, al inicio de 2025 ya son 79 los países que aplican restricciones similares en sus sistemas educativos. En Corea del Sur, la aprobación llega tarde frente a una problemática que no deja de crecer y que refleja la lentitud con la que se abordan asuntos tan delicados.