Hace 10 años, asistí a un seminario sobre la historia del vodka en Tales of the Cocktail (Cuentos del coctel), la convención anual en Nueva Orleáns. El moderador habló de un coctel llamado la Mula de Moscú como “la bebida que lo comenzó todo”; es decir, la popularidad del vodka en Estados Unidos. Inventada en 1941, la bebida era una mezcla de vodka, jugo de limón y cerveza de jengibre, que, típicamente, se servía en una taza de cobre.
Nunca había oído hablar de ella.
El año pasado, en un bar nada especial en Sturgeon Bay, en Wisconsin (más o menos, 9,500 habitantes), estaba sentado con mi sobrina, quien recientemente había cumplido la edad para beber licor. No se decidía qué quería ordenar. La mesera sugirió: “¿Qué tal una Mula de Moscú?”.
Otrora una curiosa nota a pie de página, la Mula de Moscú, que cumple 75 este año, es ahora una de las bebidas más comunes en el planeta. Es posible que los esnobs le hagan el fuchi, pero pocas bebidas se han beneficiado tan completamente del renacimiento actual de los cocteles.
En un episodio reciente de “Better Call Saul”, un abogado ordena una Mula de Moscú durante la comida. Es posible comprar las tazas antiguas, otrora antigüedades raras, en Bed Bath & Beyond. Y Tales of the Cocktail ha declarado a esta convención como “el año de la Mula”.
No lejos de la bahía Sturgeon en el pueblo todavía más pequeño de Ellison Bay, Mike Holmes, el dueño y gerente del bar del restaurante Wickman House, ordenó hace poco un lote nuevo de tazas. El coctel es tan popular, contó, que cada vez que una persona ordena una Mula de Moscú, todos piden lo mismo.
¿Cómo es posible que un coctel pase de la oscuridad a la ubicuidad en una década? Ayuda que la Mula sea uno de los pocos cocteles con vodka clásicos; la industria lo ha promovido con mucha fuerza.
“Realmente hemos visto su ascenso en popularidad en las costas hace unos tres o cuatro años”, dijo Nick Guastaferro, el director de marca del vodka Absolut en Estados Unidos, “y lo vimos como una forma de concentrar nuestra estrategia de cocteles en la Mula”.
Esa estrategia incluye instruir a los cantineros y consumidores sobre la bebida con campañas para conseguir que esté en el menú de los bares, así como en proporcionarles esas costosas tazas de cobre. (Fíjese en su taza la próxima vez que ordene uno y son muchas las probabilidades de que tenga el logotipo de alguna marca de vodka.)
GuestMetrics, un despacho de análisis de datos que rastrea el gasto del consumidor, informa que la colocación de la Mula de Moscú en los menús en el 2015 aumentó 60 por ciento respecto del año anterior. La solicitud de la bebida constituyó más de siete por ciento de todas las órdenes de cocteles el año pasado, con lo cual resultó ser casi tan popular como el Bloody Mary y el mojito.
Apropiadamente, la historia del origen de la Mula de Moscú es una historia de capitalismo puro. Según dice la leyenda, John Martin, el presidente de Heublein, quien estaba tratando de persuadir a los estadounidenses para que bebieran vodka Smirnoff, se toparon con Jack Morgan, el dueño del bar Cock n’ Bull en Sunset Strip, quien preparaba una cerveza de jengibre que a los bebedores tampoco
les llamaba la atención. (Algunas versiones incluyen a un tercer proveedor de bienes no deseados: tazas de cobre. Adicionalmente, el historiador de los cocteles, David Wondrich, dice que es posible que a Martin y a Morgan se les haya ocurrido preparar la bebida en Nueva York, aun cuando haya levantado vuelo en Los Angeles. La historia del coctel es casi tan clara como las copas de roca en un antro de mala muerte.
La bebida resultante despegó entre la gente de Hollywood.
Su retorno hace que suspiren algunos mixólogos con principios. “Como coctel, está bien”, dijo Colin Shearn, quien ha trabajado en Los Angeles, Filadelfia y Louisville, Kentucky, preparando innumerables órdenes de mulas en cada ciudad. “No es una bebida mala. Solo creo que es simbólica de todo lo que está mal con los hábitos estadounidenses en el beber. La gente a la que veo hoy día que la está tomando, sabe que se supone que debería estar bebiendo algo genial y artesanal. Pero todavía sigue necia con sus propias costumbres para no ir más allá del vodka”.
No obstante, no todas la mulas se preparan hoy con vodka. Los cantineros están aplicando la receta a cualquier licor, desde el brandy español (en Whisler, en Austin, Texas) hasta el whiskey estadounidense (en el Silver Dollar en Louisville). Porchlight, en la sección West Chelsea de Manhattan, ofrece una versión helada con aquavit, licor de plátano y coco.
Como admitió Shearn de mala gana: “Licor, jengibre, limón, soda, son cosas increíbles. La fórmula es infalible.
Receta: Mula Española
Rinde un trago
Ingredientes:
59 mililitros de brandy español, de preferencia Lustau Solera Reserva
14.8 mililitros de licor de jengibre, de preferencia Domaine de Canton
14.8 mililitros de jugo de limón recién exprimido
1 cucharada coctelera de jerez seco, de preferencia Lustau East India Solera
89 mililitros de cerveza de jengibre, de Ginger People
jengibre azucarado como guarnición
Preparación:
En una coctelera con tres cuartas partes de hielo, mezclar todos los ingredientes líquidos, excepto por la cerveza y revolver hasta que se enfríe, unos 15 segundos. Servir en una taza de cobre o en un vaso para Tom Collins llenos de hielo. Vierta encima la cerveza de jengibre y adorne con el jengibre azucarado.
Receta: Mula de Moscú
Rinde un trago
Ingredientes:
59 mililitros de vodka
14.8 mililitros de jugo de limón recién exprimido
89 mililitros de cerveza de jengibre, de preferencia Fever Tree
una rodaja de limón como guarnición
Preparación:
En una coctelera con tres cuartas partes de hielo, mezcle el vodka con el jugo de limón y agite hasta que se enfríen, unos 15 segundos. Sirva en una taza, de preferencia de cobre, llena de hielo picado. Vierta encima la cerveza de jengibre. Adorne con el limón.
Receta: Mula de Kentucky
Rinde una bebida
Ingredientes:
59 mililitros de whiskey estadounidense, de preferencia Wild Turkey 101
30 mililitros de jarabe de jengibre
14.8 mililitros de jugo de limón
Preparación:
Llene tres cuartas partes de una taza, de preferencia de cobre, con hielo picado. En una coctelera con tres cuartas partes de hilo en cubos, agite todos los ingredientes durante 15 segundos y vierta en la taza. Sirva encima más hielo picado.
