CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Acostumbrado a la bravuconería y a lanzar afirmaciones punzantes y vulgares, este viernes el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, admitió que su falta de corrección política podría llevarlo al fracaso en las elecciones del próximo 8 de noviembre.
De campaña en Florida, el magnate señaló ante un grupo de ministros evangélicos que está teniendo “un problema tremendo” en Utah, y reconoció que el próximo presidente podría nominar hasta a cinco jueces del máximo tribunal del país. “Podría costarnos el Tribunal Supremo”, subrayó.
Luego de derrotar a 16 rivales en las primarias republicanas, Trump enfrenta signos preocupantes conforme su campaña pone la vista en las elecciones generales, destacó la agencia AP en un despacho informativo.
Y es que la ventaja de la candidata demócrata Hillary Clinton en las encuestas nacionales ha crecido en los últimos días, mientras que un creciente número de republicanos ha declarado que no apoyará al candidato de su partido.
Hace un mes, ante un público entusiasta en la Convención Nacional Republicana, Trump afirmó: “Vamos a ganar por mucho”.
Sin embargo, ayer se limitó a citar una encuesta que lo situaba unos pocos puntos por debajo de Clinton y alegar que la carrera entre ambos está ajustada. Cuando se le preguntó cómo pensaba remontar la diferencia, dijo que simplemente pensaba hacer “lo mismo que estoy haciendo ahora”.
“Al final, o bien funciona o voy a tener unas largas, muy, muy lindas vacaciones“, dijo a CNBC.
En Utah, que suele ser un estado republicano fiable, las dificultades de Trump han sido especialmente llamativas. La gran población mormona del país ha expresado un serio escepticismo hacia el multimillonario, aunque el gobernador republicano del estado le ha dado su respaldo.
“Se ha dado una versión falsa de nosotros”, afirmó sobre sus problemas en Utah.
Aseguró, asimismo, que no está preocupado de que los republicanos lo dejaran de lado, y amenazó con detener la recaudación de fondos para el partido si lo hacen.
La campaña de Trump tenía previsto reunirse con representantes del partido este viernes en Orlando, pero tanto la cúpula republicana como el equipo del candidato dijeron que la reunión se centraría en las operaciones de campaña en Florida y no en las tensiones entre la campaña y el partido.
Las reflexiones inusualmente francas de Trump sobre la incertidumbre de sus posibilidades se produjeron en medio de sus dificultades por centrar la conversación en su rival, Clinton, y evitar distracciones.
