Albercas inflables pueden convertirse en un foco de infección

TIJUANA, B.C.- Aunque las albercas inflables parecieran ser un accesorio inofensivo pueden convertirse en un foco de infección. Restan pocos días al periodo vacacional y las temperaturas se prevé sean calurosas entre los 24 grados como máxima y 18 como mínima por lo que las opciones más económicas para disfrutar el último fin de semana de vacaciones es el colocar albercas inflables en el hogar y aunque estas parecieran la opción más segura, fácilmente se pueden convertir en un foco de infección.

El Dr. Zuñiga del departamento de epidemiología de la Jurisdicción Sanitaria, manifestó que es de suma importancia manejar con cuidado este tipo de artículos o en su defecto podrían conducir a malestares tales como una diarrea o infecciones en los oídos, ojos y garganta.

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“En ocasiones las dejan a la intemperie o dejan el agua y las vuelven a utilizar durante el día, esto puede acumular o crear un cultivo perfecto para bacterias o incluso hongos, al estar reutilizando estas albercas y no tener las medidas adecuadas como al momento que la utilizan tirar el agua o reutilizar el agua para limpiar o para las plantas, puede ser incluso un vínculo para criaderos de mosquitos, entonces la otra es que cuando está el agua y tiene varios días, unas personas y niños se pueden infectar y traería más daños que mantener fresco al niño” dijo.

El Dr. Zúñiga recomendó no utilizar cloro en las albercas caseras ya que el sol elimina el cloro de la misma y la deja expuesta a bacterias, por lo que en todo momento se sugiere utilizar el agua en el momento que se van a bañar los niños, es indispensable no dejar que se almacene para otro día.
Al reutilizar el agua la persona puede presentar irritación en la piel, o malestar estomacal, náuseas o vómito, en caso de presentar alguno de estos síntomas se debe acudir de manera inmediata a la unidad de salud más cercana.

“Se recomienda que use el agua que vaya a utilizar ese mismo día y tirarla o reutilizarla para otras actividades, ya sea limpiar el patio para regar las plantas, pero no volverla a utilizar, no que echen un chorrito de alcohol, incluso puede irritar porque no podemos medir las concentraciones de cloro, incluso los niños pueden meterse en la alberquita, tomarse el agua, jugar, hacer gárgaras con el agua y pueden dañar ojo o garganta, porque pueden ingerirlo y podría resultar perjudicial para el niño, más que lo benéfico de la alberca”.

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Es indispensable seguir las indicaciones del sector salud a fin de evitar correr riesgos de manera innecesaria.

 

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Con información de Ivonne Hernández