TIJUANA, Baja California.- La Policía Municipal de Tijuana tiene la confianza de actuar de manera indebida porque saben que tienen el respaldo de la Secretaría de Seguridad y del alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, aseguró el gobernador Jaime Bonilla.
La afirmación se da tras darse a conocer que el edil tijuanense calificó como “tinte político” las ocho órdenes de aprehensión giradas contra oficiales municipales por la muerte del pequeño Yurem Abdiel de seis años, quien perdió la vida por un fuego cruzado entre agentes municipales y un presunto delincuente que también murió en el lugar, el pasado 16 de septiembre en la colonia Mariano Matamoros.
De acuerdo con los datos presentados por la Fiscalía General del Estado (FGE), los cargos que se imputan a los señalados son homicidio, abuso de autoridad y falsedad en las declaraciones.
“Para que el presidente diga que no es cierto cuando se le están presentando las pruebas es porque obviamente está ciego, ahora sí, textualmente, y no quiere ver las cosas que realmente son. Que le pregunten a la ciudadanía cómo yo le pregunto todos los días, es un encubrimiento que ha habido sistemático en este gobierno municipal”, comentó Bonilla.
Las pruebas que ha reunido la Fiscalía General del Estado son contundentes, indicó el Fiscal Central, Hiram Sánchez, al exponer los delitos que enfrentan los elementos. Dijo que no solo es la muerte de Yurem, también el homicidio del presunto delincuente César “N”, quien murió abatido por los policías.
“Fueron dos elementos, fueron las armas de dos elementos policíacos, una de ellas culminó con la vida de Yurem y la otra culminó con la vida de César, sin embargo, hubo otras conductas delictivas que se realizaron con los elementos policiacos […] llevamos a cabo esos datos que se incorporaron y específicamente resulta muy relevante un dictamen en materia de mecánica de hechos que llevaron a cabo los peritos donde se determina que las cosas no ocurrieron como dijeron los elementos policíacos”, informó el Fiscal Central.
Hiram Sánchez indicó que uno de los resultados arrojó que la posición en la que se encontraba el cuerpo del presunto delincuente fue alterada, asi como el arma encontrada en la escena del crimen.
Cabe recordar que el hoy occiso, al momento de su muerte, huía de los policías con un arma encasquillada por lo que no podía disparar, además de que fue atacado por la espalda, acción que los agentes no debieron realizar.
Con información de: Carolina Vázquez
