Y Alex Rodríguez se fue del beisbol

Y finalmente se llegó el día. Alex Rodríguez dijo adiós al beisbol.
Alex Rodríguez preservó el buen humor en sus últimos momentos con un uniforme como jugador de los Yanquis de Nueva York.
La muy precipitada ceremonia que el equipo le preparó el viernes para su adiós del Bronx había quedado desteñida por un aguacero y ráfagas de relámpagos, pero nada de eso perturbó al bateador designado de origen dominicano.
“El béisbol tiene una manera peculiar de darte un toquecito en el hombro cuando menos lo esperas para decirte que se acabó. Estoy en paz conmigo”, había dicho Rodríguez horas antes al partido contra los Rays de Tampa Bay, su último con los Yanquis antes que le retiren del roster activo.
Luego que su homenaje terminó con un temporal, Rodríguez bateó un doble remolcador en el primer inning, poniendo fin a una seguidilla de 11 turnos sin dar hits. Tras el contacto nítido a una recta de 96 millas por hora de Chris Archer, entre el jardín derecho-central, la afición rugió.
Su adiós en el Yankee Stadium, en el mes de agosto, estuvo muy lejos de las elaboradas giras de despedida que la franquicia más valiosa y laureada del béisbol le ofreció a Derek Jeter y Mariano Rivera, mitos de la organización que se retiraron en el último lustro.
El legendario jonronero yanqui Reggie Jackson se encargó de acompañar a Lourdes Navarro, la madre de A-Rod. El panameño Rivera recibió tal vez la ovación más fuerte de la noche al ingresar al terreno junto a las hijas de Rodríguez, Natasha y Elle.
Relegado a la banca durante casi todo el último mes, el manager Joe Girardi puso a Rodríguez de titular en su alineación, como designado y tercero en el orden ofensivo ante Tampa Bay. Hasta lo último, Girardi se resistió a colocarle como defensor de la tercera base.
Era su partido número 2.784 en temporada regular en las mayores dentro de una carrera que comenzó con Seattle en 1994, que siguió en Texas en 2001 y luego con los Yanquis a partir de 2004.
A-Rod dijo sentirse a gusto con las circunstancias de su adiós, y hasta agradeció a Hal Steinbrenner, el actual patriarca de la familia dueña del club.