La amenaza fue difundida en redes y llegó a la de dirección de la escuela secundaria, quienes optaron por cancelar las clases.
TIJUANA, Baja California.- Durante la semana, los directivos de la escuela secundaria No. 5, Ignacio Manuel Altamirano, recibieron la noticia de que una persona había amenazado a la institución educativa con detonar armas de fuego y bombas en contra de sus instalaciones, alumnado, maestros, y especialmente en contra de la directora, la cual fue insultada en repetidas ocasiones.
De acuerdo con una madre de familia que prefirió mantener el anonimato, la dirección del complejo educativo ya tiene identificados a cuatro exalumnos como responsables de difundir el mensaje por internet.
“Hoy hubo junta, lo que hablaron es que tienen a cuatro sospechosos, al parecer son exalumnos, no sé si la cura era espantar a los chamacos, o qué onda, porque al parecer tienen cierto repudio por la directora”, declaró la anónima.
La ciudadana señaló que esto se debe a que las personas involucradas se dedicaban a comercializar cigarrillos electrónicos al interior de la institución, situación que era del conocimiento de la directora del plantel. La directora recibió estos mensajes al intentar tomar acciones en contra de los amedrentadores. Por lo tanto, recurrió a cancelar las clases inmediatamente, e incluso un evento, para evitar alguna pérdida en caso de que se hubiera llevado a cabo el siniestro.
“Según lo que dice la directora, es que habían estado vendiendo ‘vapes’ en la escuela, entonces la directora no lo permitió, entonces los morrillos se pusieron bien bravos, y así se generó todo”, añadió.
En Tijuana suman ya nueve casos de amenazas a escuelas, ya sea de bomba o de tiroteo a diferentes niveles educativos, y la Secretaría de Educación no ha hecho nada al respecto, ni siquiera pronunciarse sobre todos estos hechos, dando como única solución sus protocolos de seguridad, los cuales el titular de la dependencia, Gerardo Solís Benavides, mencionó que habían sido un éxito, a pesar de que estos casos siguen siendo una constante en Baja California.
Con información de Alan Ramírez
