Apología de la violencia

Al final, los homicidas, porque eso son aunque sus actos sean culposos y no dolosos, gozan de su plena libertad

Los criminales no pueden ser nuestro modelo de héroes

La reciente difusión de imágenes de un alto jefe del crimen organizado durante el concierto de una agrupación musical ha vuelto a sacudir el tema de la apología de la violencia y la glorificación de este tipo de figuras.

En palabras de Marco Antonio Bonilla, alcalde de Chihuahua, es urgente erradicar la narcocultura para lograr el propósito de reducir la violencia pues no es admisible admirar figuras que propician la violencia.

El munícipe precisó que su gobierno ha multado con 750 mil y hasta 2 millones de pesos a grupos musicales que han interpretado narcororridos, y enlistó a los Tigres del Norte y Tucanes de Tijuana, Natanael Cano y Peso Pluma, entre otros.

Lo anterior pone de relieve la necesidad de impedir que grupos como Los Alegres del Barranco que se presentaron en el auditorio Telmex de Guadalajara el 29 de marzo, difundan imágenes como las de Nemesio Oceguera, o tal como ocurriera muchos años atrás, los Tucanes le enviaran saludos a figuras como “El Teo” y “El muletas” en un concierto efectuado en Tijuana.

Fue durante los tristemente célebres gobiernos de Arturo González Cruz y de Montserrat Caballero que a los Tucanes se les levantó el veto que les impidió presentarse en los escenarios de esta frontera.

Por su parte, el alcalde de Chihuahua asegura que mientras las autoridades no le apuesten a erradicar la “narcocultura” y la “narcoviolencia” en México, no se podrán reducir los homicidios dolosos.

Nuestros niños y nuestros jóvenes están creciendo bajo la idea de que estos individuos son modelos a seguir, cuando que en realidad son verdaderos generadores de violencia.

Nada más simbólico para un jefe del crimen organizado que contar con su propio narcorrido, un traje hecho a la medida y que paga con dinero manchado con sangre a las agrupaciones musicales que difunden sus supuestos logros, que están por encima de las leyes y que policías y rivales les tienen temor.

Los criminales no pueden ser nuestro modelo de héroes.