Apoyando la ciencia más allá de la feria

La feria de ciencias ha sido un ritual anual educativo para generaciones de estudiantes, remontándose a la década de 1940. Pero incluso el término “feria de ciencias” provoca imágenes estereotípicas de tableros de visualización de tres paneles y volcanes con bicarbonato de sodio. Sus reglamentadas rutinas pueden parecer pesadas en una era donde la gente joven acude en tropel a foros más libres de creatividad científica, como los “hackatones” de software y los Maker Faire de ingeniería de hardware.

Aparentemente así es como piensa Intel, el gigante de la producción de procesadores computacionales, que se está retirando de su largo patrocinio de ferias de ciencia para estudiantes de preparatoria.

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Intel finalizó su apoyo el año pasado para la Búsqueda de Talento Científico nacional, cuyo nuevo patrocinador es Regeneron Pharmaceuticals, una compañía de biotecnología.

Ahora, Intel dejará de financiar la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería. La Sociedad para la Ciencia y el Público, el grupo no lucrativo que organiza ambas ferias, ha empezado a buscar un nuevo patrocinador para la competencia global.

El alejamiento de Intel de las ferias de ciencia tradicionales lleva a cuestionamientos más amplios sobre cómo una compañía tecnológica de primera debe manejar el patrocinio corporativo de la ciencia, y sobre cuál es la mejor forma de promover la educación de la fuerza de trabajo tecnológica del futuro. La decisión de Intel también plantea la cuestión del papel de las ferias de ciencia en la educación de las así llamadas áreas STEM (sigla en inglés para ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas).

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Intel no ha explicado su decisión, y solo dijo estar “extremadamente orgulloso” de su larga asociación con las dos ferias. La compañía empezó a patrocinar la feria nacional en 1998, suplantando al sponsor original Westinghouse, y la competencia global en 1997, que carecía de patrocinador principal.

De todas formas, la decisión de Intel no sugiere que las compañías tecnológicas estén retirando su apoyo al financiamiento de la ciencia y la tecnología. Google, por ejemplo, auspicia la Feria de Ciencia Google, una competencia global vía Internet para gente de entre 13 y 18 años que empezó en 2011.

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Pero conforme la tecnología (y la economía) se basa más en el software, las principales compañías han ampliado el apoyo a eventos como talleres y competencias de codificación.

Es difícil imaginarse un momento desde los años post Sputnik donde la educación en ciencias y tecnología haya sido más valorada, por universidades y en el mercado de trabajo. También es difícil imaginarse que la principal feria internacional de ciencias, cuya lista de países participantes y territorios creció a 78 el año pasado, en comparación con los 27 de 1997, no encontrará un patrocinador con bolsillos grandes.

La decisión de Intel provocó una aguda diferencia de opinión entre Brian Krzanich, actual director ejecutivo de Intel, y Craig R. Barrett, un ex presidente y director ejecutivo de Intel.

Krzanich ha dicho a colegas en forma privada que las ferias de ciencia son del pasado y que se había inclinado a las ciencias naturales y la biotecnología, que no son áreas principales para Intel, según dos personas que no tienen autorización para hablar en público en nombre de la compañía.

Barrett discrepó. A través de un correo electrónico, Barrett dijo: “en cambio se podría concluir que Intel es una compañía del pasado, al igual que Westinghouse cuando dejaron” de patrocinar la feria nacional de ciencias en 1998.

Barrett, quien forma parte del consejo directivo de la Sociedad para la Ciencia, también dijo que toda la ciencia se ha vuelto computacional e impulsada por los datos, por lo que Intel se juega mucho en fomentar a innovadores joviales en todas las disciplinas científicas, incluyendo las ciencias naturales.

Intel, bajo la dirección de Krzanich, quien tomó el cargo de director ejecutivo en 2013, se ha convertido en un partidario importante de los eventos Maker Faire, donde inventores de todas las edades exhiben sus proyectos caseros de ingeniería. La primera Maker Faire se realizó en Silicon Valley en 2006. El año pasado, más de 1 millón de personas asistieron a eventos Maker Faire en todo el mundo.

En 2013, Intel sacó a Galileo, una tarjeta madre computacional barata que soporta hardware y software de fuente abierta para los mercados de producción y educación. Su lema de márquetin: “El Movimiento ‘Maker’ Alimentado por Intel”. Krzanich ha sido entrevistado con frecuencia en eventos Maker Faire, y tanto él como otros gerentes de Intel se autodescriben como incubadores para la próxima generación de ingenieros e innovadores.

Intel sí financia otros programas para promover educación STEM. En 2015, la compañía comprometió a un fondo 300 millones de dólares durante tres años para diversificar su propia fuerza laboral atrayendo más mujeres y grupos minoritarios a la tecnología y pagando becas universitarias. Desde 2001, la compañía ha aportado un promedio de 45 millones de dólares anuales a programas universitarios, incluyendo colaboraciones de investigación y becas. E Intel está comprometido con financiar la Feria Internacional de Ciencias e Ingeniería hasta 2019.

Maya Ajmera, presidenta de la Sociedad para la Ciencia, elogió a Intel como “un socio extraordinario durante los últimos 20 años”, aunque aclaró que la compañía nunca dio un motivo a la Sociedad para el abandono de su patrocinio.

La Sociedad está buscando un patrocinador para la competencia internacional que comprometa al menos 15 millones de dólares anuales durante un mínimo de cinco años. Es una oportunidad, dijo Ajmera, para “invertir en el conducto de ciencia y tecnología más importante del mundo”.

La competencia internacional de ciencias tiene un rico legado. Aproximadamente 60 por ciento de los participantes son estudiantes de preparatorias estadounidenses, y sus egresados incluyen a Paul L. Modrich, ganador del Premio Nobel y bioquímico de la Universidad de Duke; Brian Greene, un médico de la Universidad de Columbia y autor “best-seller”; ganadores de la Beca MacArthur, también conocida como la subvención para “genios”, y científicos computacionales de compañías como Apple, Google y Microsoft.

Los educadores en ciencias dicen que las ferias pueden fomentar aprendizaje vital y habilidades para la vida. Los estudiantes deben usar pensamiento crítico, experimentación y habilidades de oratoria, y persistencia.

“Las ferias de ciencia todavía lo hacen como no lo puede hacer ninguna enseñanza de libro de texto”, dice la bioquímica Mary Sue Coleman, presidenta de la Asociación de Universidades Estadounidenses y ex presidenta de la Universidad de Michigan.

Samantha Márquez, de 21 años y estudiante de penúltimo año en la Universidad de Yale, ganó un premio en materiales y bioingeniería en la competencia internacional de 2013, en Phoenix. Para Márquez, una lección de su experiencia es que la ciencia no es un trabajo solitario que se haga de forma aislada, como a menudo se la muestra.

Los proyectos ganadores de las ferias de ciencia, afirma, típicamente involucran mentores consultores y jueces, y discutir ideas con otra gente. Eso es particularmente cierto en el evento final, donde 1,800 estudiantes de preparatoria de más de 70 naciones se reúnen para competir por los primeros premios. La participación total de estudiantes en la competencia global sigue constante, según la Sociedad para la Ciencia.

Raymond Wang, de 19 años y estudiante de primer año en la Universidad de Harvard, piensa que las ferias de ciencia son “joyas de la educación mal entendidas”. Pero tal vez sea hora de un cambio en la comercialización, sugirió. Wang, quien ganó un premio importante en la feria internacional de ciencia 2015, evita la consabida etiqueta y mejor usa “competencias de investigación”.

“El posicionamiento de estas competencias de investigación como ferias de ciencia puede ser engañoso”, agregó.

Steve Lohr
© 2017 New York Times News Service