CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Enfermo de sus facultades mentales, Rigoberto Adame Mejía, de 40 años de edad, solía pasar la vida caminando afuera de su casa, sin hacerle daño a nadie.
La gente no le daba miedo, pero sí cruzar la calle. Quizá imaginaba que de hacerlo ya no encontraría el camino de regreso.
La casa de Rigoberto se localiza en el municipio de Cuatro Ciénegas. Hasta ahí llegó un grupo de jóvenes, el pasado 5 de junio, con una idea perversa: seguirlo y hacerlo correr.
Mientras Rigoberto corría, uno de los agresores le arrojó un contenedor con ácido sulfúrico que le causó quemaduras graves y luego la muerte.
De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del estado, los médicos que atendieron al hombre le hicieron varios injertos de piel, pero no aguantó las intervenciones y ayer finalmente falleció.
Un adolescente de 16 años de edad fue detenido por su presunta participación en el hecho. Los otros atacantes no han sido identificados.