Astronauta vuelve a la Tierra luego de 371 días en el espacio

MIAMI, Florida.– Frank Rubio volvió a la Tierra este miércoles 27 de septiembre luego de convertirse en el astronauta de la NASA que más tiempo pasó en el espacio luego de superar el récord estadounidense de Mark Vande Hei.

Frank Rubio viaja a bordo de la nave Soyuz MS-23 junto a Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin. Los tres descendieron cerca de Dzhezkazgan en Kazajstán aproximadamente a las 7:17 horas, el viaje fue el tercer más largo en la historia de la NASA.

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Durante el descenso, Prokopyev dijo a los controladores en tierra que los tres se sentían bien. Los astronautas experimentaron más de cuatro veces la fuerza de la gravedad mientras su cápsula atravesaba la atmósfera a toda velocidad y caía sobre la árida estepa kazaja.

Varios helicópteros acudieron con equipos de recuperación para recoger a los viajeros.

“Es bueno estar en casa”, dijo Rubio tras ser ayudado a salir de la cápsula.

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Rubio, Prokopyev y Petelin deberán ser puestas en sillas reclinables hasta que recuperen el equilibrio.

Posteriormente, tendrán que someterse a una serie de controles médicos. Se espera que Rubio esté de vuelta en Elligton Field, en Houston, este jueves 28 de septiembre.

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“Abrazar a mi esposa y a mis hijos es primordial, me voy a concentrar en eso durante los primeros dos días”, dijo hace unas semanas Rubio cuando un grupo de periodistas de diversos medios le preguntaron qué era lo primero que deseaba hacer al volver a la Tierra.

“Luego, en casa estamos bendecidos de tener un jardín trasero en el que quiero disfrutar de los árboles y el silencio. Acá arriba tenemos el constante ruido de la maquinaria, que nos mantiene vivos y es muy importante, pero es un constante ruido que siempre se escucha en el ambiente”, describió Rubio.

Rubio llegó a la Estación Espacial Internacional en septiembre del año pasado con otros dos astronautas rusos.

Inicialmente estarían ahí seis meses, sin embargo, la estadía se prolongó cuando la cápsula Soyuz sufrió una pérdida de refrigerante estando acoplada a la estación, cuando fue golpeada en diciembre por un supuesto micrometeorito, más pequeño que la punta de un bolígrafo, lo que obligó a extender la estadía otros seis meses más.

“Si me hubieran preguntado desde el principio antes del entrenamiento, porque uno entrena durante uno o dos años para su misión, probablemente lo habría rechazado”, dijo Rubio a los periodistas. “Me habría dolido, pero lo habría rechazado”, reconoce.

Y eso se debe a su familia y a las cosas que sucedieron el año pasado, pues una de sus hijas terminó su primer año en la Academia Naval y un hijo comenzó su primer año en West Point.

“Si hubiera sabido que me habría tenido que perder esos eventos tan importantes, simplemente habría tenido que decir gracias, pero no”.

Rubio tiene una familia conformada por una esposa y cuatro hijos, y dice que aunque hay que hacer sacrificios, los astronautas deben cumplir su misión.

Tener la Estación Espacial Internacional (ocupada de astronatuas siempre) durante 23 años requiere muchos sacrificios individuales y familiares. Pero a veces eso es lo que hay que hacer”.

“Cuando finalmente se hizo realidad que iba a requerir que me quedara por un año completo fue difícil, aunque esa decisión realmente tomó un par de meses”, contó Rubio.

“Y esencialmente, conocíamos la situación, la estábamos lidiando, estábamos pensando en opciones. Y aunque fue difícil… mi familia y yo habíamos llegado a un acuerdo con ello”.

Rubio sabe lo que le espera, unos cambios físicos cuando le toque adaptarse nuevamente a la gravedad. Según él, es algo que los afecta a todos y que los enfermará algún tiempo.

“Son un par de meses para recuperar fuerzas. Nuestros entrenadores hacen un gran trabajo manteniéndonos en forma aquí arriba. Pero la realidad es que no estamos de pie, no caminamos, no soportamos nuestro propio peso.

Por lo tanto, solo toma algo de tiempo acostumbrar a tus huesos y músculos a hacerlo de manera constante en la Tierra. Pasarán entre dos y seis meses antes de que esencialmente diga que me siento normal”, explicó.

Era el primer vuelo espacial de Rubio y Petelin, ingeniero de 40 años. Prokopyev, ingeniero y piloto de 48 años, ya ha hecho dos largas estancias en la estación orbital.

El equipo recorrió 253 millones de kilómetros (157 millones de millas) desde que despegaron de Kazajistán el pasado septiembre y dio la vuelta al mundo casi 6 mil veces.

Rubio nació en Los Ángeles de padres salvadoreños pero considera a Miami, Florida, su ciudad natal, indica su biografía en la NASA.

Está casado con Deborah Rubio, y la pareja tiene cuatro hijos. Su madre, Myrna Argueta, vive en El Salvador. Recordándola desde el espacio dijo que va a volver a verla, luego de que recupere fuerzas, y comerá su ensalada verde favorita.