La avaricia rompe el saco

Cuenta una fábula que un limosnero que se encontró con la diosa Fortuna y que ella llenó su saco con monedas de oro, a condición de que él parara a tiempo pues si el metal precioso caía se convertiría en polvo. El saco se rompió y el limosnero volvió a la miseria de la que solo salió por un breve tiempo. No cabe duda que la avaricia rompe el saco y hoy por hoy el Partido Acción Nacional está roto y roto llegará al 2018.

En su búsqueda por el poder los panistas están desgarrando entre sí y hoy Margarita Zavala anuncia su salida del PAN para lanzarse como independiente lo que fragmentará el voto blanquiazul.

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No olvidemos que el saldo para México fue tan negativo a lo largo de dos sexenios en que Acción Nacional ocupó Palacio Nacional y los Pinos y sólo los tremendos errores y torpezas de Enrique Peña Nieto han sepultado las pifias de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Detenida en sus intenciones por secuestrar al blanquiazul al igual que lo hiciera su esposo Felipe Calderón y Margarita Zavala que emprende un camino como independiente aunque su campaña siga siendo financiada con recursos que salen del erario público a través de la pensión que recibe Calderón Hinojosa.

Margarita nos quiere hacer creer que su salida del PAN obedece a una decisión valerosa pero nada más lejos de la verdad pues su intención durante todo este tiempo fue doblegar al partido a su antojo y su capricho. Acusa a Ricardo Anaya de secuestrar al partido, pero eso es exactamente lo que hace 11 años hizo su esposo.

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Ya lo dijeron algunas voces: que Margarita y su esposo Felipe Calderón actuaron como si fueran los dueños del PAN, y esta ruta ha terminado por fragmentar a un partido que nos quiere hacer olvidar sus grandes yerros durante 12 años, tiempo e que el blanquiazul perdió buena parte de su capital político.

Para los Calderón, no basta la presidencia de México una vez. Hay que ejercerla dos, y si se puede, más pues ya vendrán nueves generaciones. Parece que el poder embriaga tanto a los mandatarios panistas que quieren perpetuarse a través de sus cónyuges, pues no olvidemos que durante algún tiempo, Vicente Fox alentó la idea de que Martha Sahagún fuera considerada la candidata panista que le sucediera.

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Acción Nacional vive sumido en un profundo conflicto, presidido por un dirigente como Ricardo Anaya, que desde ya, demostró que quiere la presidencia para seguir haciendo negocios al amparo del poder.

La fallida transición panista terminó por transar con lo peorcito del PRI; una guerra contra el narco que provocó miles de muertes pero que por encima de todo, evidenció la fallida política económica del panismo neoliberal, pues las víctimas fueron hombres y mujeres que optaron por una actividad ilegal para seguir subsistiendo.

Las recientes crisis irán desdibujando a los partidos que como el PRI y como el PAN, como el Verde le han dado la espalda a la población a la que solo recurren como carne de cañón en tiempos electorales. Solo sus cuantiosos recursos y el control de las nóminas en los estados que gobiernan les permiten retener cuotas de poder.

Prueba de todo lo anterior fue la resistencia con que se negaron a donar parte de sus prerrogativas a los damnificados de los sismos y los ciclones hasta que Andrés Manuel López Obrador marcó la agenda política nacional al anunciar que destinaría recursos del partido a apoyar a estas familias porque sin duda alguna estos desastres naturales nos obligan a replantear las prioridades de todos los mexicanos.

Hoy estamos ante la oportunidad histórica no solo de cimbrar la estructura política de México, desde sus cimientos, sino de arrinconar a aquellos políticos que, como Margarita, como Anaya, como Calderón, como muchos más quieren seguir anteponiendo sus intereses personales por encima de las necesidades de la población. Este es un caso típico en que la avaricia rompe el saco.