El ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a los estadounidenses a aprobar la cobertura de salud universal en un discurso en la ciudad de Nueva York el martes, marcando una dramática intervención de los líderes mundiales en el debate de salud de Estados Unidos.
Ban pidió a Estados Unidos que evite que los “poderosos intereses” prioricen la “ganancia monetaria sobre el cuidado” como parte de una delegación global que impulsa a los EEUU A adoptar un sistema de salud financiado con fondos públicos similar a los de otros países ricos.
Los EEUU gastan más en atención médica que cualquier nación del mundo, pero 28 millones de estadounidenses aún carecen de cuidados.
“En los EEUU, con demasiada frecuencia solo las personas ricas tienen acceso a tratamientos costosos que salvan vidas”, dijo Ban. “Esto es injusto y amenaza la salud de todos cuando se trabaja, y las personas de clase media con enfermedades contagiosas no pueden pagar el tratamiento de sus infecciones”.
“Incluso la atención preventiva de rutina a menudo es prohibitivamente costosa”, dijo Ban. “Como Estados Unidos está demostrando, simplemente no puede alcanzar la cobertura de salud universal si su sistema de salud está dominado por el financiamiento privado y, en última instancia, funciona para priorizar las ganancias por encima de la atención”.
Promulgar la cobertura de salud universal sería una revolución en la asistencia sanitaria de los EE. UU. Actualmente, EE. UU. Depende de una compleja red de aseguradoras de salud con fines de lucro, subsidios del gobierno y programas de seguro públicos limitados para brindar acceso a la atención médica a los estadounidenses.
De los 25 países más ricos del mundo, Estados Unidos es el único que no tiene cobertura de salud universal. Las perspectivas políticas de aprobar una ley así permanecen remotas con los conservadores en el poder, sin embargo, los pedidos de atención médica universal en Estados Unidos se han vuelto más fuertes desde la elección del presidente Trump mientras los republicanos intentan desmantelar las regulaciones de salud.
Actualmente, alrededor de 28 millones de estadounidenses no tienen seguro de salud. Para las personas sin seguro, un viaje a la sala de emergencias podría ser fácilmente un desastre financiero que cuesta decenas de miles de dólares.
Con información de The Guardian
