BARCELONA, España.- No hubo milagro ni nada que se le pareciera, y con una casa triste y vacia, el Barcelona fue derrotado por el Osasuna por 2-1 en juego de la jornada 37 de la Liga Española.
El Osasuna fue una autentica pesadilla para el Barcelona, que ni ganar consiguió el equipo de Setién, encajando en tiempo añadido una terrible derrota frente a un ordenado, valiente y desenfadado Osasuna que le dejó en evidencia.
Al Barça ya solo le queda la Champions. Pero no le queda, a estas alturas, como una ilusión.
Ni tan solo como una obsesión sino como una auténtica tabla de salvación para no acabar la temporada en blanco por primera vez desde 2008. Y mostrando en este 2020 unas sensaciones similares a las de entonces.
Es un equipo a final de camino, un equipo de pasado legendario, presente deprimente y futuro insulso.
El Barcelona que saltó a la cancha, fue un equipo sin alma, sin ritmo, sin ilusión, sin profundidad, sin juego… Sin nada que ofrecer, pareciera que sin nada por lo que luchar, el Barça fue un alma en pena durante un primer tiempo tan deprimente como mediocre y en el que apenas dio señales de vida a través de un lanzamiento directo de Messi que se estrelló en el larguero.
Caso contrario fue el Osasuna, que fue muy bien ordenado en la cancha, jugando bien, sin preocupación de nada para sacar el resultado.
Hoy mismo, el Real Madrid festeja la conquista del campeonato mientras que en Barcelona lloran lo que se les fue de la mano.
Con información espn
