El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmó un decreto que facilita a los ciudadanos tener un arma de fuego en casa en un país con uno de los índices de homicidios más altos del mundo y un récord de 63,880 muertes violentas intencionales al año.
La medida fue criticada por expertos en seguridad pública y alabada por sus partidarios.
“Es una puerta de entrada a la violencia y noticias terribles para la seguridad pública”, dijo Renato Lima, presidente del Foro de Seguridad Pública de Brasil, un organismo no gubernamental que co-produce el Atlas de Violencia anual de tasas de homicidios.
En una ceremonia en Brasilia, Bolsonaro dijo que el decreto había sido redactado “para que los buenos ciudadanos puedan en este primer momento tener paz dentro de sus hogares”. Más medidas podrían seguir, dijo.
El sargento Anderson Valentim, un oficial de policía de Río, dijo que apoyaba la medida. “Prefiero tener un buen ciudadano armado que un vago armado”, dijo.
Liberar la posesión de armas fue una promesa clave de la campaña para Bolsonaro, quien hizo campaña para obtener la victoria en una plataforma resistente y contra el crimen y cuyos partidarios imitan su gesto de campaña con la pistola de dedos. Las reglas se ajustaron en Brasil luego de un decreto de 2003 y una posterior amnistía nacional donde miles de armas fueron entregadas para su destrucción.
“Misión cumplida, ahora no solo los bandidos pueden tener armas en Brasil”, tuiteó el empresario Luciano Hang, un destacado partidario de Bolsonaro, a sus 166,000 seguidores.
El nuevo decreto hace que sea más fácil para los brasileños mantener las armas en el hogar, renunciando al requisito de una entrevista con un oficial de la policía federal para demostrar la necesidad de un arma de fuego en el hogar. También aumenta la validez de las licencias de arma de cinco años a 10.
En cambio, las personas que viven en áreas rurales y en estados donde la tasa de homicidios de 2016 fue de más de 10 muertes por 100,000, como es el caso de todos los estados de Brasil, pueden aplicar para mantener las armas en casa. Si hay niños o cualquier persona con deficiencia mental viviendo en el hogar, los ciudadanos que soliciten poseer armas deben declarar que tienen una caja fuerte.
Bolsonaro está “permitiendo que todos los que quieran tener un arma en casa tengan uno independientemente de la necesidad”, dijo Lima.
La propiedad legal de armas se ha disparado en la última década en Brasil. En 2007, la policía federal registró en Brasil 3,900 armas nuevas. Diez años después, la cifra había aumentado a 33,000, según datos oficiales obtenidos por Sou da Paz (Soy De la Paz), un grupo sin fines de lucro con sede en São Paulo.
