Un pequeño acto de bondad puede ser de gran ayuda, dicen los investigadores, para reforzar la salud y el bienestar de los estudiantes.
El Dr. John-Tyler Binfet y la Dra. Sally Stewart de la Universidad de Columbia Británica publicaron recientemente un estudio que explora cómo la inclusión de una asignación de bondad en un curso de pregrado afectó las percepciones de los estudiantes sobre sí mismos, sus compañeros y su campus.
Si bien ha habido varios estudios que han evaluado los efectos de la bondad en el bienestar, ha habido una investigación limitada sobre cómo los estudiantes universitarios entienden y actúan sobre la bondad, dice el Dr. Binfet.
Miles de estudiantes universitarios regresaron a clases en Canadá en septiembre, y el Dr. Binfet señala que mientras vivía en los tiempos del COVID-19, cada acto de bondad es muy útil.
“Sabemos que ser amable produce una serie de beneficios para el bienestar, como la reducción del estrés, la felicidad y la aceptación de los compañeros, y sabemos que la salud mental afecta el aprendizaje”, dice el Dr. Binfet.
“El entorno postsecundario es a menudo el último campo de entrenamiento para preparar a los estudiantes para la vida, por lo que queremos comprender cómo podemos preparar a los estudiantes para una salud mental óptima como adultos”.
Para el estudio, los estudiantes voluntarios proporcionaron autoinformes para determinar hasta qué punto se ven a sí mismos como amables en las interacciones en línea y cara a cara, y qué tan conectados se sienten con sus compañeros y el campus. Luego se pidió a los estudiantes que planificaran y completaran cinco actos amables durante una semana.
Los participantes completaron 353 actos amables con los temas principales de ayudar a los demás, dar, demostrar aprecio y comunicarse. Los estudiantes que completaron al menos tres de los cinco actos de bondad planeados por sí mismos informaron puntuaciones significativamente más altas de bondad en persona y conexión con sus compañeros.
“Esta investigación puede ayudar a los estudiantes a darse cuenta de que hay evidencia detrás de cómo y por qué las personas son amables, y que la amabilidad impacta la salud y el bienestar”, dice el Dr. Stewart. “También tiene un impacto increíble para la enseñanza en la educación superior, ya que proporciona una idea de dónde se encuentran los estudiantes con su práctica y comprensión de la bondad para sentar las bases para la inclusión de este tema dentro de las prácticas educativas y las áreas de contenido del curso”.
Si bien hay recursos de bienestar en el campus disponibles para los estudiantes en la mayoría de las escuelas postsecundarias, esta investigación demuestra que al incluir iniciativas de bienestar en el trabajo del curso, es más fácil para más estudiantes participar en esas actividades y recibir beneficios sin esfuerzo adicional. El estudio también demostró que una intervención de bondad basada en el plan de estudios sería bien recibida por los estudiantes.
“Descubrimos que a los estudiantes les encantó la tarea”, dice el Dr. Stewart sobre el estudio, publicado en Journal of Further and Higher Education. “Para algunos, les ayudó a darse cuenta de que la amabilidad es una habilidad que pueden aprender a mejorar y que hay muchas formas de ser amables. Para otros, les ayudó a darse cuenta de que ya hacen cosas amables. Reforzó su deseo e intención de hacer más actos amables ”.
Durante años, la investigación del Dr. Binfet se ha centrado en elevar la discusión sobre la bondad, y anteriormente ha completado estudios sobre cómo los niños y adolescentes perciben y actúan la bondad.
“Con esta investigación, ahora vemos alineación en cómo los estudiantes universitarios y los participantes en edad escolar definen la bondad; para ellos, significa acciones que pueden mejorar la vida de los demás. A menudo, son cosas simples como ser educado y ayudar a los demás ”, dice el Dr. Binfet.
Con información de Good News Network
