Buscan preservar a los caracoles pintados de Cuba

CUBA.- El caracol pintado (polymita) es uno de los invertebrados más bellos de la Tierra y solo se encuentra en la isla caribeña de Cuba.

Su caparazón es una maravillosa espiral, todo en colores melocotón, lima-limón, bermellón, naranja sanguina, ocre rojo e incluso rosa.

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Desafortunadamente, el comercio ilegal de vida silvestre ha llevado a las seis especies de polymita al punto de estar en peligro crítico de extinción, como lo señalaron los investigadores cubanos de vida silvestre.

Recientemente, National Geographic informó sobre el amor por las polimitas del fotógrafo italiano Bruno D’Amicis, quien viajó a la isla para fotografiarlas en su hábitat natural.

Espera llamar la atención sobre el hecho de que la demanda de caracoles en Cuba y en el exterior como baratijas de colores los está llevando a la extinción.

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Los científicos saben que viven en un pequeño cinturón costero con vegetación a lo largo de la costa oriental de Cuba, pero no saben cuántos hay, ni siquiera si han descubierto todas las especies existentes.

En su entorno natural, los caracoles pintados viven en árboles y arbustos devorando musgos y líquenes ricos en minerales, fuente de sus brillantes colores.

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Su incesante consumo de esta vegetación ayuda a mantener los árboles saludables, incluso en las fincas cafetaleras, una gran parte de la economía cubana.

Como presa, el caracol alimenta al milano cubano en peligro de extinción y a otros animales endémicos.

Las exhibiciones de colores llamativos en la naturaleza generalmente provienen de una de algunas razones diferentes, como una advertencia de toxicidad o para atraer parejas, pero el propósito detrás de las conchas pintadas de polimita aún se desconoce.

Según un científico principal que estudia los caracoles, Bernardo Reyes-Tur, hablando con Nat Geo, dijo, “algunos individuos permanecen en el mismo lugar durante seis meses”.

Los biólogos cubanos de vida silvestre están tratando de educar tanto a los agricultores de la región, especialmente a los productores de café y tabaco como a los visitantes extranjeros, sobre la importancia del caracol para la isla.

Al estudiar su entorno natural, los biólogos esperan establecer un programa de reproducción para ellos, ya que su estilo de vida lento y sedentario los hace extremadamente vulnerables, tanto a la caza furtiva como al cambio climático.

Los biólogos buscan demostrar a las personas que se ganan la vida con los turistas que los caracoles valen más vivos que muertos.

Debido a que su único hogar en la Tierra es Cuba, aunque es una economía socialista, ha arrinconado “el mercado” de caracoles pintados, y los entusiastas de la vida silvestre se verían obligados a visitar si quisieran ver estos gloriosos invertebrados en la naturaleza.

Con información de Good News Network