El Caballito se acerca a su tono verde original: INAH

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer que como parte de los trabajos de restauración para estabilizar el daño por ácido nítrico que sufrió El Caballito en 2013, ya se retiraron tres cuartas partes del recubrimiento “negruzco” de la escultura, mismo que devela el tono verde original de la obra.

El color que se encuentra debajo es una capa pictórica verde, misma que el pasado 1 de noviembre Jannen Contreras Vargas, coordinadora del proyecto de intervención, lo identificó como el tono final que le dio Manuel Tolsá hace más de 200 años, y que ahora sería punto de partida para el resultado final de la rehabilitación.

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Este día comentó:

“Hemos retirado de forma paulatina velos de cera y de la capa negra que se aplicó para proteger la escultura hacia finales del siglo XIX, y que dio a ‘El Caballito’ el tono negruzco con que lo conocimos a lo largo del siglo XX”.

La labor de los restauradores en la obra consiste en aplicar un gel especial que después de unos minutos ayuda a retirar, con escalpelo, la capa negra en pliegues y ranuras, dio a conocer el INAH.

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Contreras Vargas, especialista de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH, explicó que:

“La limpieza de la escultura nos ha llevado buena parte de la agenda, es como limpiar una pintura de caballete pero sobre una superficie escultórica que, si la desplegáramos, alcanzaría 46.5 metros cuadrados.”

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Una vez que finalice la limpieza de capa pictórica, seguirá la parte de mayor interés, la limpieza y estabilización de áreas afectadas en 2013 que corresponden al 45% de la escultura, una medición colorimétrica para ubicar la gama original y generar un color base que pueda considerarse para los recubrimientos que serán aplicados como último proceso.

Respecto al basamento de El Caballito éste se encuentra estructuralmente estable, acorde a estudios del Instituto de Ingeniería de la UNAM, y se han tomado registros de materiales, dimensiones de varillas, diseño del armado y profundidad de cimentación, pues no había documentación al respecto.

Sobre el pedestal, afectado mayormente por el escurrimiento del ácido nítrico, el restaurador Juan Manuel Rocha explicó que se retiró una variedad de morteros en las juntas para aplicar una mezcla a base de cal:

“Algunas manchas provienen de una problemática de filtración de agua, pues entre los elementos que conforman el sistema constructivo, el núcleo de concreto armado y el recubrimiento de piedra, hay una separación de aproximadamente 10 centímetros, en ese espacio fue acumulándose agua y mortero disgregado, dando paso a filtraciones…

“…En ese sentido, ha sido difícil disminuir algunas manchas, en parte porque la piedra del pedestal corresponde a una andesita muy porosa, de modo que se valora colocar una capa de sacrificio o protección en algunos casos.”

En noviembre pasado, durante la conferencia de prensa para anunciar el proyecto de intervención de El Caballito, se dijo que la labor concluiría “a mediados” de 2017 con un costó total –incluyendo la etapa de diagnóstico– de siete millones 576 mil 995 pesos otorgados por el gobierno capitalino a través del Fideicomiso Histórico de la Ciudad de México.

En octubre de 2013, el INAH informó que El Caballito sufrió “daños irreparables” en casi 50% de su acabado, causados por ácido nítrico, producto del trabajo de limpieza y conservación del despacho de Arturo Javier Marina Othón.