Se informa que los derechos humanos fundamentales han disminuido en casi dos tercios de los 113 países encuestados para el Índice del Estado de Derecho 2018, en medio de las preocupaciones sobre un aumento mundial del nacionalismo autoritario y un retroceso de las obligaciones legales internacionales.
“Todas las señales apuntan a una crisis no solo por los derechos humanos, sino por el movimiento por los derechos humanos”, dijo el profesor Samuel Moyn de la Universidad de Yale. “Dentro de muchas naciones, estos derechos fundamentales están siendo presa de la reacción violenta contra una economía globalizada en la que los ricos están ganando. Pero los movimientos de derechos humanos históricamente no se han propuesto nombrar o avergonzar la desigualdad “.
El índice 2018, publicado por World Justice Project (WJP), reúne datos de más de 110,000 hogares y 3,000 expertos para comparar sus experiencias de sistemas legales en todo el mundo, calculando puntajes ponderados en ocho categorías separadas. Mientras que Venezuela mantiene su posición no deseada en la parte inferior del índice, justo detrás de Camboya y Afganistán, Filipinas es la mayor caída de este año, cayendo 18 puestos hasta la posición 88 en la tabla, además de una caída de nueve puestos en la encuesta de 2016.
La administración del presidente Rodrigo Duterte ha puesto una “tensión palpable sobre las instituciones compensatorias establecidas de la sociedad”, según José Luis Martin Gascón, presidente de la Comisión Filipina de Derechos Humanos. Dijo que había habido un “efecto escalofriante” en la oposición del país a raíz de los ataques contra personalidades que han criticado las políticas de Duterte.
La no discriminación, la libertad de expresión y la religión, el derecho a la privacidad y los derechos de los trabajadores se tuvieron en cuenta al calcular la observancia de los derechos fundamentales de las personas en todo el mundo. La creencia de los encuestados en las protecciones brindadas por tales derechos ha disminuido en 71 de los 113 países encuestados para el último índice.
“El resurgimiento mundial del populismo, el nacionalismo autoritario y la retirada general de las obligaciones legales internacionales son tendencias que, si no se controlan, suponen una amenaza existencial para el estado de derecho. Prevenir las violaciones del estado de derecho y los derechos humanos es siempre mejor que curarlos después del evento “,dijo Murray Hunt, director del Centro Bingham para el Estado de Derecho.
Con información de The Guardian
