Campo de batalla

Cuando los hombres del dinero reclaman a un gobernante, que por cierto es más empresario que los propios empresarios, las cosas parecen ir bastante mal.

Este domingo la Confederación Patronal Mexicana capítulo Tijuana, Coparmex, y el Consejo Coordinador Empresarial, el CCE, nos hicieron llegar a los medios sendos posicionamientos en torno al tema de la violencia y la inseguridad.

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El más sentido de ellos fue el que advierte que los gobiernos deben tomarse en serio esos temas, pues los recientes hechos que han evidenciado el regreso de la violencia a Tijuana y a Baja California toda, tienen que ver con el relajamiento de las tareas en materia de vigilancia.

Dos cantantes atacados a balazos, tres cuerpos que iban a colgar como piñatas desde un puente y dos ejecuciones más durante este mismo fin de semana, son mucho más que meras estadísticas: reflejan un estado de criminalidad que no parece detenerse.

La Coparmex fue firme en su postura:

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“Luego de los hechos violentos registrados durante el fin de semana en la ciudad, el Centro Empresarial de Tijuana hizo un llamado a las autoridades para atender con mayor seriedad el tema de seguridad y trabajar en una verdadera coordinación que evite se repitan las cifras de violencia registradas en años anteriores.

El presidente de Coparmex Tijuana, Gilberto Fimbres Hernández, lamentó que a pesar de que durante los últimos meses la IP ha realizado diversos llamados a las autoridades para atender el tema y disminuyan los hechos violentos en la región, pareciera que éstos hacen caso omiso a ellos, logrando que Tijuana se posicione actualmente en el segundo lugar de las ciudades con más homicidios en México.

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Afirmó que si bien se ha comentado que la disputa de la plaza por miembros del crimen organizado podría ser uno de los motivos del regreso de la violencia a la ciudad, es necesario que exista una mayor comunicación entre las autoridades y la ciudadanía para conocer exactamente lo que está ocurriendo y qué acciones se están realizando.

“Vemos cómo los actos ocurridos en las últimas semanas nos hacen ver que no existe una verdadera coordinación entre las autoridades en materia de seguridad. Lo que nosotros exigimos es que se reduzcan estas actividades con mayores operativos y estrategias que realmente den resultados”, exigió.

Fimbres Hernández agregó que el clima de violencia que se vive actualmente en la ciudad también se debe a factores internos, como la debilidad de nuestras instituciones y la ineficacia de los cuerpos policiacos, que incluso han sido vistos por la ciudadanía con un importante grado de desconfianza.

Para el CCE el panorama no pinta mejor:

El Consejo Coordinador Empresarial urgió a las autoridades a reforzar y coordinar sus estrategias para evitar que la violencia siga aumentando en el estado, ya que la falta de seguridad incide en la productividad del país, y es uno de los efectos negativos de la impunidad en la impartición de justicia.

El presidente del organismo, Humberto Jaramillo mencionó que el crecimiento de la violencia en el estado ha incrementado por la disputa que los grupos delictivos sostienen por el territorio y a la impunidad en la impartición de justicia.

El también coordinador estatal de los consejos empresariales puntualizó que como primera solución las autoridades necesitan reforzar la aplicación de la ley, vigilando la actuación de todos los que intervienen en ella, para evaluar su desempeño, para reconocerlos o denunciarlos si se apartan de la aplicación de la ley y buscando que la división de responsabilidades y poderes no diluya ni dañe los resultados en la impartición de justicia.

Asimismo, indicó que deben hacer una revisión profunda de sus estrategias de coordinación para evitar que las calles se conviertan en campos de batalla, con las consecuencias que este fenómeno tiene en la economía de Baja California.

“Ya que de continuar así, el turismo que ahora hace de esa actividad un ingreso importante en nuestra economía y generación de empleos, se verá seriamente dañado por la falta de confianza, al igual que otros sectores de la economía que demandan por igual una mayor protección, pues la falta de seguridad afecta a la productividad del país”, concluyó Humberto Jaramillo.

Ambas voces, la de Gilberto Fimbres y la de Humberto Jaramillo, tienen un punto de coincidencia: Tijuana es un campo de batalla y nadie quiere trabajar para evitarlo.