Suena como un poder del cual se jactarían los X-Men, pero los investigadores dicen que los humanos podrían tener la capacidad de captar el campo magnético de la Tierra.
Muchos animales, desde palomas hasta tortugas, lo utilizan para navegar, mientras que las investigaciones han demostrado que el ganado prefiere alinearse con el campo cuando está parado, bueno, un campo. Incluso los perros lo utilizan, aunque cuando defecan.
Pero mientras continúan los debates sobre los mecanismos detrás de tales fenómenos, sigue sin estar claro si los humanos también tienen el poder de la magnetorrecepción. Ahora los científicos dicen que hay señales de que lo hacemos.
“No hemos perdido, como especie, el sistema sensorial magnético que tenían nuestros ancestros [hace millones de años]”, dijo el profesor Joseph Kirschvink, líder de la investigación del Instituto de Tecnología de California. “Somos parte de la biosfera magnética de la Tierra”.
Al escribir en la revista eNeuro, Kirschvink y sus colegas en los EE. UU. Y Japón describen cómo hicieron su descubrimiento después de construir una jaula de seis lados, cuyas paredes estaban hechas de aluminio para proteger la instalación de la interferencia electromagnética. Estas paredes también contenían bobinas a través de las cuales se pasaban corrientes para producir campos magnéticos de aproximadamente la misma fuerza que la Tierra.
Se pidió a cada participante que entrara a la jaula y se quedara quieto en una silla de madera en la oscuridad, mirando hacia el norte. Durante el experimento, el equipo midió las ondas cerebrales del participante utilizando un electroencefalograma (EEG).
En algunos experimentos, los campos magnéticos aplicados se fijaron en una dirección, mientras que en otros se rotaron. En otras, las máquinas se encendieron pero no se produjo ningún campo magnético, lo que significa que el participante solo estuvo expuesto al campo magnético natural de la Tierra. El participante no sabía qué experimento estaba en curso.
Los resultados, recopilados de 34 participantes adultos, revelaron que ciertos escenarios provocaron una caída en las ondas cerebrales alfa de los participantes, un cambio que está vinculado a la información de procesamiento cerebral. Esto ocurría si el campo magnético aplicado apuntaba hacia el norte y luego se barría hacia arriba o hacia abajo, o hacia abajo mientras apuntaba hacia el norte y giraba en sentido contrario a las agujas del reloj. Eso es similar a un humano en el hemisferio norte que asiente con la cabeza, o que gira la cabeza hacia la derecha, respectivamente.
Kirschvink dijo que las respuestas son similares a que el cerebro se “está volviendo loco”, en otras palabras, un cambio inesperado en el entorno. De manera crucial, dijo, significa que los humanos deben ser capaces de detectar tales cambios, aunque la fuerza de la respuesta varió enormemente entre los participantes.
El equipo dice que los experimentos ofrecen pistas sobre el aspecto que podría tener el sistema humano de magnetorrecepción, señalando que los resultados descartan la inducción eléctrica, o simplemente artefactos, como explicaciones.
