Candidata populista se enfrenta a Shinzo Abe, el primer ministro japonés

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, enfrenta un serio desafío de una candidata aliada convertida en némesis, ya que los votantes se preparan para ir a las urnas el próximo mes en unas elecciones que él ha descrito como un veredicto sobre su manejo de la economía y Corea del Norte.

Abe disolvió la cámara baja del parlamento el jueves, con las encuestas mostrando un nuevo partido conservador formado por el gobernador popular de Tokio, Yuriko Koike, haciendo la tierra en su gobernante Partido Liberal Democrático (LDP).

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El Partido de la Esperanza de Koike, formado apenas un día antes, se ha comprometido a ser un “partido reformista tolerante y conservador” que desafiará los intereses creados y respetará la diversidad.

Koike, ex presentadora de noticias que habla inglés y árabe, se ha convertido en una populista conservadora, decidida a asumir la vieja guardia política, desde que se convirtió en la primera gobernadora femenina de Tokio el año pasado.

“Si en este momento no restablecemos Japón, no podremos proteger suficientemente nuestra competitividad internacional y seguridad nacional”, dijo Koike en el lanzamiento oficial de su partido.

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Shinzo Abe llamó a la elección -un año antes de lo esperado- en un intento de explotar una oposición débil y dividida y asegurar un mandato para sus planes de gastos y una línea dura contra los programas de misiles y nucleares de Pyongyang.

Koike, que se desempeñó como ministra de Defensa durante el primer mandato de Abe como primer ministro hace una década, ha dicho que no participará en las elecciones, pero permanecerá como gobernadora para supervisar los preparativos para los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020.

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Pero su decisión de dirigir al nuevo partido, junto con su perfil mediático positivo, podría frustrar los planes de Shinzo Abe atrayendo a votantes conservadores e indecisos.

Las encuestas de opinión mostraron que el Partido de la Esperanza cerró la brecha en el partido gobernante, a pesar de las señales de que Abe ha salido relativamente indemne de dos escándalos de verano que arrastraron su apoyo a los niveles más bajos desde que llegó a ser primer ministro a finales de 2012.

Con información de The Guardian