TIJUANA, Baja California.- En su travesía hacía Estados Unidos, Carlos de 12 años se separó de sus padres en Mexicali al abordar un camión en el que no hubo cupo para ellos con la promesa de encontrarse nuevamente en Tijuana, ciudad a la que arribó el grueso de la caravana migrante en noviembre pasado.
El paradero de los padres de Carlos se desconoce, desde entonces el menor se valió por cuenta propia y pasó por el deportivo Benito Juárez, el campamento y bodega de Zona Norte y el refugio en El Barretal, para finalmente instalarse en el albergue Agape, a cargo del sacerdote Alberto Rivera, quien desde el viernes pasado le perdió la pista luego de que, de acuerdo con el clérigo, un grupo de activistas norteamericanos se lo llevarán del albergue ubicado en la colonia Nueva Aurora.
“Nos dimos la vuelta y se lo llevaron, cuando el niño estaba acusando a esta agrupación que estaba trayendo drogas aquí”, dijo Rivera.
El padre afirma que los miembros de la asociación “CNS” facilitaban marihuana a los migrantes a las afueras de este refugio y amenazaron de muerte al menor desaparecido si los denunciaba.
El migrante Noe Ramos también recibió amenazas y afirma que el niño, quien reportan tiene un problema por consumo de drogas, fue llevado por la asociación para que no hablara de lo sucedido.
“El niño le grita ‘porqué me criticas si tu eres marihuanero también’ y automaticamente le dicen en este instante que lo quiere matar y ellos mismos se vuelven a llevar al niño, él anda desamparado sin mamá ni papá… al principio dijeron que me iban a golpear si salía a la calle por la noche dijeron que me iban a matar”, indicó Ramos.
El sacerdote denunció la desaparición del menor el lunes, luego de que los estadunidenses hicieran caso omiso a su petición de devolver al niño a su albergue y desde entonces la policía realiza rondines en el lugar, sin que hasta el momento se conozca el destino de Carlos, quien viajó a esta ciudad acompañado de la caravana migrante buscando cruzar hacía Estados Unidos.
Con información de Fabiola Solano.
