Varados en Tijuana últimos centroamericanos de la caravana

TIJUANA, Baja California.- La cantidad de centroamericanos en los albergues de Tijuana disminuye día con día, de los 6 mil que llegaron a ser en noviembre pasado, actualmente el grupo en El Barretal no sobrepasa los 500 y aunque la mayoría ya ha regularizado su estancia en México obteniendo una de las 2 mil 960 tarjetas de visitante por razones humanitarias algunos aún esperan se resuelva su trámite para encontrar un trabajo formal.

Tal es la situación de Claudia, una migrante salvadoreña que perdió el empleo que tenía en una tortillería de la ciudad luego de que las amenazas de desalojo de la bodega de Zona Norte le impidieran circular libremente para ir trabajar, quedando prácticamente encerrada en el lugar por 6 días, tiempo durante el cual debió recoger su tarjeta, lo cual no sucedió.

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Claudia, abogada de profesión, sobrevivió a un secuestro en El Salvador mientras se encontraba embarazada de su único hijo Nectaly, actualmente de 16 años, y cuyo padre, esposo de la mujer, dio la vida por ambos al entregarse para lograr su liberación.

“Lo estaban extorsionando y como le pegó a un marero dejándolo gravemente que ya casi se moría un hermano de ese mismo pandillero fue el que lo amenazó a él, le dijo que lo que él le había hecho a su hermano lo iba a pagar”, indicó la mujer.

Pocos días tenía de nacido su hijo cuando, al verse impedida para pagar el rescate, recibió la cabeza de su esposo que fue asesinado por negarse a unirse al grupo delictivo conocido como “Los 18”, quienes advirtieron a Claudia que ella y su hijo serían los siguientes si no salía del país, por lo que se trasladó a México en 2001 y en su búsqueda de nuevas oportunidades se unió a la caravana migrante que llegó a Tijuana en noviembre pasado.

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“Hicieron el intercambio, a él lo secuestraron, como yo no pude pagar la fianza y la cabeza me la mandaron, a los 15 días apareció el cuerpo”, afirmó la migrante salvadoreña.

Para regularizar la estancia de su hijo en el país la migrante espera que la embajada de El Salvador le haga llegar el acta de defunción de su marido. Al igual que ella, muchos miembros de la caravana migrante llegaron a la ciudad sin documentos y aunque los distintos consulados facilitaron el trámite de estos el proceso demoró la obtención de las visas y en consecuencia disminuyó las posibilidades de los migrantes de obtener un empleo bien remunerado.

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Ante la constitución de una nueva caravana de alrededor de unos mil 200 centroamericanos las autoridades hondureñas llevan a cabo esfuerzos para que sus connacionales no salgan de Honduras sin papeles e informó que hasta el miércoles permitió la partida hacía Guatemala de 773 personas y negó la de 484 por no portar documentos.

Este lunes, Carlos un menor de 12 años fue reportado como desaparecido en esta ciudad fronteriza, el niño viajó solo hasta este municipio habiéndose separado de sus padres en Mexicali con quienes acordó reunirse en el refugio en zona norte, no obstante, el paradero e identidad de sus padres se desconoce y en el albergue Agape donde el menor residió por última vez no saben nada de él, únicamente que presuntamente habría salido de ahí en compañía de activistas norteamericanos.

Para evitar que casos como el de Carlos se repitan, la Comisión Permanente de Contingencias de Honduras (Copeco) señaló que de los 484 hondureños que detuvo en la frontera con Guatemala este miércoles, 324 eran menores de edad y 70 de ellos viajaban solos sin autorización notarial de alguno de sus padres, medidas que de acuerdo con el titular de la Oficina de Representación del Instituto Nacional de Migración en Baja California, Rodulfo Figueroa, son necesarias.

“Tanto el gobierno de Honduras como el de Guatemala están haciendo un esfuerzo para tratar de inhibir que menores no acompañados viajen con la caravana, así como menores acompañados de personas que no puedan acreditar el vínculo familiar”, dijo el funcionario.

Al igual que Claudia, muchos migrantes no tienen otra opción más que huir de su país, no obstante, de acuerdo con Gustavo Banda, pastor de la iglesia Embajadores de Jesús, la entrada de esta nueva caravana a territorio nacional debe ser mejor regulada por las autoridades mexicanas.

“Nuestro gobierno federal tiene que tomar algunas consideraciones, como toda la gente que ya fue deportada que no tiene oportunidad nuevamente en Estados Unidos, que ya ha sido reincidente, porque ellos no van a poder cruzar y pienso que deberían revisar bien los papeles en la frontera sur del país para que vengan solamente los que efectivamente quieran cruzar a Estados Unidos”, apuntó el pastor.

Banda afirma en su albergue se encuentra preparados para recibir a 200 migrantes y de llegar a Tijuana los miembros de esta caravana serán bienvenidos.

No se sabe a ciencia cierta el rumbo que tomará este grupo de migrantes al llegar al país, pero Baja California podría ser una opción, sin embargo, las autoridades municipales y estatales no han anunciado alguna estrategia para atender este fenómeno a pesar de que el caos que se desató en el estado con el arribo de los centroamericanos pudo evitarse con una respuesta más pronta del gobierno.

Por su parte, Alberto Rivera, presidente de Agape A.C., quien aloja en sus instalaciones a 87 centroamericanos indicó que podría recibir a más y envió un mensaje a los habitantes de esta ciudad:

“Quisiera que toda la comunidad de Tijuana supiera que los migrantes son exactamente como los tijuanenses, todos los problemas que tenemos los tijuanenses ellos los tienen”, dijo Rivera.

Con información de Fabiola Solano.