Carlos Bustamante y Eugenio Elorduy: empresarios fracasados y modernos caínes

Empresarios de membrete más que de cuenta bancaria, al panista Eugenio Elorduy Walther y al priista Carlos Walterio Bustamante los identifica, además de las malas finanzas al frente de sus negocios que presentan bajo la apariencia de boyantes compañías, las demandas que sus familiares, concretamente las hermanas de ambos, han entablado en su contra por apropiarse indebidamente de sus herencias.

Elorduy Walther, quien se presenta como concesionario único de la distribuidora Ford en Mexicali, fue llevado a juicio por su hermana Guadalupe de los mismos apellidos, mientras que Bustamante Anchondo está perdiendo los juicios que en su contra han enderezado sus hermanas por las mismas razones: la intención de apropiarse del total de la herencia y de despojarlas de sus correspondientes partes.

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En contraparte, ambos parecen ser muy buenos padres pues mientras Bustamante Anchondo favoreció a su hijo Carlos Bustamante Aubanel con el negocio de las luminarias con Solá Basic y con la concesión de anuncios espectaculares, Elorduy Walther le brindó a su hija Erika Elorduy Blackaller un asiento en el consejo directivo de Sempra Energy, gracias a los buenos oficios que como gobernador le brindó a esta empresa para que instalara su planta Energía Costa Azul y de construirle, ex profeso, una avenida por la que pasara el gasoducto, el Boulevard 2000.

De Elorduy Walther, el destacado periodista del rubro de los negocios, Alberto Aguilar, ha escrito lo siguiente:

“LE PLATICABA AYER de la problemática familiar que enfrenta el actual gobernador de BC, Eugenio Elorduy Walther contra quien se han presentado recursos mercantiles relacionados con el manejo de su empresa distribuidora de Ford, Automotriz del Valle, a propósito de un tema vinculado al legado de su padre Eugenio Elorduy Gallástegui.
Aunque las acciones en su contra, por parte de su hermana Guadalupe Elorduy Walther son más o menos recientes, el asunto digamos que tiene años de cocinarse, puesto que el deceso de su padre se remonta a 1977 que fue cuando recibió éste el poder para administrar los bienes familiares, de los cuales correspondían en partes iguales tanto a él como a su hermana.
Fue el año pasado cuando esta última decidió vender el porcentaje de su propiedad de la automotriz que ha manejado por años la familia. Según esto, el político panista aceptó negociar pero luego de varios encuentros que sostuvo con su hermana, quien radica aquí en la capital, apenas ofreció 500 mil dólares.
Debido a la imposibilidad de llegar a algún arreglo, Guadalupe Elorduy de Quintana se vio en la disyuntiva de tomar acciones legales contra su hermano, situación a la que dice, se había resistido por años, no obstante que el actual gobernador de BC jamás le reportó los estados financieros de la empresa.
Vaya, a la muerte de su madre, esto hace seis años, Eugenio habría incluso dispuesto de todas las propiedades que eran de la familia, entre ellas una residencia en La Joya, terrenos en Rosarito y Tijuana, así como un rancho en Mexicali. La propia obra de arte fue valuada por Christie’s y Sotheby’s. Guadalupe optó por no reclamar para evitar un conflicto familiar. Esa misma precaución la evitó durante el tiempo que vivió su madre.
Se calcula que los bienes vinculados al legado en cuestión podrían andar entre diez y 11 millones de dólares, de ahí la ruptura definitiva que motivó el ofrecimiento por el 40 por ciento de Automotriz del Valle.
En el ínter la parte demandante incluso tuvo que recuperar sus acciones que habían sido depositadas por el político en garantía de un préstamo.
Digamos que ya emplazadas las posiciones, fue a finales del 2004 cuando Eugenio Elorduy convocó a una asamblea. Se colige que de esta manera intentava ordenar corporativamente a la compañía que dirige su hijo Eugenio Elorduy Blackaller. La convocatoria a la misma se hizo pública sin gran despliegue. Aún así la parte legal de Guadalupe detectó la realización de la misma y se presentó a la misma. Lamentablemente no hubo más información de la que hoy se tiene. El actual secretario de gobierno de BC, Bernardo Martínez, quien fungió como secretario del consejo, fue parte importante de la reunión que a su vez motivó las acciones para demandar la nulidad de dichos actos.
El emplazamiento para las demandas presentadas por Guadalupe en BC tardaron hasta seis meses. Obviamente se acusa al gobernador de influir en un tema particular al poder judicial de ese estado a través del Tribunal Superior de Justicia, primero representado por Gilberto Cota Alanís y luego por Víctor Manuel Vázquez.
El gobernador ya reaccionó también legalmente contra su hermana en el ámbito penal, al denunciarla por falsedad de declaraciones. Por supuesto la parte legal de esta última ya trabaja en nuevas estrategias. De momento buscarán radicar el asunto en el ámbito federal para eliminar la influencia política del jefe del ejecutivo de BC.
Así que habrá que ver en que termina este asunto entre los dos únicos hijos del que fuera un conocido ingeniero, Eugenio Elorduy Gallástegui, quien hizo su patrimonio primero en el ámbito del algodón y luego en la parte de la construcción, y quien gozó siempre de una intachable reputación”

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Bustamante Anchondo es muy similar. Del ex alcalde priista, el semanario Blanco y Negro consigna el caso como los conflictos que el ex alcalde tiene “con sus hermanas Emma y Norma Bustamente, y su sobrino Xavier Peniche.

Esta última bronca puede ir a los juzgados civiles, porque resulta que Ema y Norma Bustamante Anchondo, y Xavier Peniche que tienen mayoría en el Grupo Bustamante que maneja inmobiliarias principalmente, el Gran Hotel y otros negocios, lo desplazaron –a Carlos– de la presidencia de esa agrupación empresarial y además lo están auditando.

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Por años ha existido esa disputa, desde que estaba don Alfonso Bustamante Labastida, las hermanas Ema y Norma siempre acusaron a Carlos de despilfarrar dinero del Grupo en inversiones con resultados megativos, por ejemplo, Matriz que por años fue un elefante blanco.

Pero siempre don Alfonso Bustamante protegió a su hijo Carlos. Y todo fue felicidad cuando ganó la alcaldía y dicho Grupo creció curiosamente.

Pero ante la muerte de don Alfonso, la disputa entre hermanos volvió, y ahora esta peor que antes, incluso con llegar a los juzgados civiles.

La molestia de las hermanas y sobrino, es que en el negocio del Casino –clausurado en estos momentos por el Ayuntamiento–, Carlos no los invitó, ni siquiera paga renta de los salones que acondicionó en el Gran Hotel.

Y como Ema con un 25 por ciento, Norma 25 por ciento y Xavier Peniche –el nieto predilecto de don Alfonso– el 5 por ciento, tienen la mayoría en el Consejo del Grupo Bustamante, le quitaron la presidencia a su hermano Carlos.

La desventaja del ex alcalde de Tijuana es que solo tiene un 25 por ciento y su aliado, hermano Alfonso un 20 por ciento –hay que recordar que su papá don Alfonso lo dispuso así, porque siempre lo acusó de no hacer nada–, con lo que esta derrotado.

Sin embargo, Carlos Bustamante no pretende dejar la presidencia y la disputa puede ir a los juzgados. Al sobrino Xavier Peniche –quien es secretario de Desarrollo Económico del gobierno municipal de Tijuana– le están haciendo una auditoría externa de cuando estuvo al frente del Gran Hotel Tijuana y de otros negocios del Grupo..