El cártel huachicolero que se cree está detrás de gran parte de la violencia que convirtió a Guanajuato en el estado más letal el año pasado ahora se está expandiendo a Querétaro e Hidalgo, según funcionarios de la inteligencia federal.
El cártel de Santa Rosa de Lima ha expandido significativamente su área de influencia en los últimos dos años y ahora tiene bases operativas en los municipios de Guanajuato, Villagrán, Juventino Rosas, Celaya, Apaseo el Grande y Apaseo el Alto, dijeron los funcionarios al diario Milenio.
El presunto líder de la pandilla, José Antonio “El Marro” Yépez, también tiene el control completo de los municipios de Cortazar, Jerécuaro, Comonfort, Coroneo y Tarimoro.
Desde 2017, el cartel huachicolero ha expandido el área de territorio que controla, conocido como el Triángulo de Guanajuato, de 130 kilómetros cuadrados a 400 kilómetros cuadrados a pesar de los esfuerzos de las autoridades federales y estatales para combatir sus actividades.
Los dos municipios de Apaseo, en la frontera con Querétaro, proporcionan un trampolín para que el cartel se traslade a ese estado, mientras que también comenzó a realizar sus primeras incursiones en Hidalgo, ubicado más al este.
Las áreas seleccionadas por la pandilla tienen una cosa en común: los oleoductos de Pemex corren a través de ellas.
A medida que el Cartel de Santa Rosa de Lima expande su presencia, al tiempo que aprovecha los ductos para extraer el combustible que vende en el mercado negro, la violencia en las partes de Guanajuato en las que opera la pandilla ha aumentado, especialmente en las áreas donde está involucrada. una guerra terrestre con el Cartel de la Nueva Generación de Jalisco (CJNG).
Irapuato, Salamanca y Celaya, las tres disputadas por las dos organizaciones criminales, ocuparon el primer, tercer y cuarto lugar respectivamente por el número de homicidios registrados en 2018, y junto con el Valle de Santiago representaron el 36% de todos los asesinatos en Guanajuato.
Los cuatro municipios también lideraron el estado por los asesinatos de policías. Seis policías de tránsito fueron abatidos a tiros en un ataque particularmente violento en Salamanca el 1 de junio del año pasado y dos meses después, tres oficiales fueron secuestrados y ejecutados en el mismo municipio.
En Apaseo el Alto, un candidato a alcalde fue abatido a tiros durante una campaña en mayo del año pasado, mientras que el nuevo director de transporte del municipio fue asesinado el mismo día en que asumió el cargo en octubre pasado.
El 25 de enero, el director del servicio de respuesta de emergencia 911 en Irapuato fue asesinado después de que se negó a seguir filtrando información al Cartel de Santa Rosa y seis días después, apareció una narco-pancarta supuestamente firmada por Yépez en Salamanca, advirtiendo al presidente López Obrador que eliminara Las fuerzas de seguridad de Guanajuato o personas inocentes morirán.
Los explosivos, mencionados en la narcomanta como un “pequeño regalo”, también se dejaron dentro de un vehículo estacionado frente a la refinería de petróleo de Salamanca, pero fueron retirados por el ejército antes de que detonaran.
Guanajuato registró 3,290 homicidios en 2018, lo que lo convierte en el estado más violento de México, y se ubica en el tercer lugar en cuanto a tomas ilegales de tuberías.
El gobierno federal está tomando medidas enérgicas contra el robo de combustible con una estrategia que incluye el despliegue de los militares y la Policía Federal para proteger los oleoductos y otras infraestructuras de propiedad y operadas por la empresa petrolera estatal.
Pero a pesar de que las autoridades tienen mucha información sobre el líder criminal conocido como “El Marro”, los esfuerzos por capturarlo han sido infructuosos y la organización criminal que encabeza continúa consolidando su poder.
