Casey Affleck se alza con el Óscar a mejor actor

Después de años en las sombras, la carrera de Casey Affleck se consagró este domingo con el Óscar a mejor actor.

Aclamado por su papel en el drama familiar de Kenneth Lonergan “Manchester junto al mar”, el actor de 41 años finalmente se une a su famoso hermano Ben y su amigo de la infancia Matt Damon en la élite de Hollywood.

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“Significa tanto para mí… Una de las primeras personas que me enseñó a actuar fue Denzel Washington, al que justo me he encontrado hoy por primera vez. Gracias. Y a los demás nominados, hicisteis un gran trabajo. Sois muy valientes y os admiro por ello”, dijo el actor, que también ganó el Globo de Oro y el Bafta británico por el mismo papel.

Affleck interpretó a un solitario portero de Boston, quien tras la muerte de su hermano se ve obligado a regresar a su ciudad natal, Manchester by the Sea, que da el nombre original a la película, para hacerse cargo de su sobrino adolescente Patrick, encarnado por Lucas Hedges.

Ambos luchan por adaptarse, mientras Affleck enfrenta el pasado que lo separó de su esposa Randi (Michelle Williams) y de la comunidad en la que nació y creció.

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Affleck, quien asegura que aprendió a actuar cuando acudía a una terapia para hijos de alcohólicos, ya ganó un Bafta, un Globo de Oro y varios premios de la crítica por este papel.

En los Bafta felicitó a Meryl Streep por sus críticas al presidente Donald Trump en su discurso en los Globos de Oro, que despertó la ira del magnate republicano, y se dijo orgulloso de pertenecer a una comunidad artística sin disposición a quedarse callada.

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“Para bien o para mal, las celebridades son admiradas y, cuando dicen algo, la gente las escucha y reflexiona sobre ello de otra manera”, apuntó entonces a periodistas.

Su más reciente papel es perturbador.

En “A Ghost Story”, un filme independiente estrenado en el pasado festival de Sundance, Affleck aparece envuelto en una sábana y sin decir palabra durante buena parte de la cinta.

Con una casa como casi única locación, la película fue grabada secretamente durante dos meses del verano boreal pasado en Texas con un presupuesto irrisorio.

Toda la atención que ganó el actor esta temporada revivió un episodio olvidado de su pasado, que no obstante no le impidió ganar los más prestigiosos premios.

En 2010, Amanda White y Magdalena Gorka, productora y directora de fotografía de su fracasado debut como director en “I’m Still Here”, demandaron a Affleck por lo que describieron como un reiterativo acoso sexual.

Affleck, que siempre negó vehementemente cualquier acción inapropiada, contrató al abogado de celebridades Marty Singer, también conocido como el “perro guardián” de Hollywood, para cerrar un acuerdo monetario nunca hecho público.

Cada una lo demandó por 2 millones de dólares.

Pero el caso dejó su imagen convertida, en el mejor de los casos, en la de un maestro manipulador, distante de la del actor tímido que proyectaba, al margen de una industria que entonces siempre pasó por alto su talento.

En Hollywood abundan las carreras terminadas en escándalos, pero por cada Bill Cosby o Charlie Sheen, hay un Roman Polansky, Woody Allen, Mel Gibson o ahora Casey Affleck que cae de pie.