El presidente guatemalteco, Jimmy Morales, se enfrenta a una condena internacional luego de anunciar la expulsión de una misión anticorrupción respaldada por las Naciones Unidas en lo que los críticos sospechan es un intento calculado para proteger a la élite gobernante del país, y a él mismo, de la investigación.
Morales se dirigió a los periodistas en la ciudad de Guatemala el lunes por la tarde y afirmó que la decisión de expulsar a miembros del grupo contra la impunidad en Guatemala (Cicig) contra la corrupción fue el resultado de su “grave violación” de las leyes nacionales e internacionales.
“Cicig ha puesto en riesgo la seguridad de la nación, el orden público, la gobernabilidad, el respeto por los derechos humanos y, sobre todo, la soberanía del estado de Guatemala”, el antiguo cómic de televisión, que fue elegido en parte gracias a un compromiso populista de erradicar corrupción – dijo a los periodistas.
Sin embargo, los especialistas regionales creen que la acción de Morales, que sigue a un esfuerzo de larga duración para neutralizar la iniciativa contra el crimen, de hecho está destinada a ayudar a los miembros corruptos del escrutinio de la elite política y económica de Guatemala.
“Lo que está impulsando esto es el hecho de que la persona que está sentada en la oficina del presidente es corrupta y está rodeada por una serie de otros individuos corruptos para quienes el Cicig representa una amenaza existencial”, dijo Jo-Marie Burt, un experto de Guatemala de Washington. Grupo de defensa de la Oficina para América Latina.
No hubo evidencia inmediata de que la comisión estaba “a punto de lanzar una bomba contra el presidente”. Pero estaba claro que Morales se había inquietado de que su partido político, sus familiares y él mismo estuvieran ahora en la mira del grupo, agregó Allison.
Con información de The Guardian
