Tijuana, BC.- Un arreglo extraoficial que habría representado una millonaria pérdida para la CESPT se solucionó refundiendo en una oscura oficina al funcionario que se quedó con el botín sin devolverlo.
Degradado a la condición de jefe de la Unidad de Planeación de la Comisión Estatal de Servicios Públicos, Luis Alfonso Torres Torres fue expulsado de la Coordinación Comercial tras el reclamo de un empresario hotelero al que no cumplió con eliminar un adeudo millonario para lo cual habría recibido al menos 120 mil dólares, los cuales ya no quiso devolver.
De haber formado parte de otra agrupación criminal, Luis Torres habría aparecido en el boulevard 2000, pero como forma parte del PAN, su hermano Carlos Torres intercedió ante el gobernador Francisco Vega para que el director del organismo del agua Germán Jesús Lizola Márquez no lo despidiera.
En vez de despedirlo, consignarlos, obligarlo a devolver el botín, Lizola Márquez premió a Luis Torres con una aviaduría pues la unidad de planeación no es más que eso.
No es raro que en el organismo del agua se lleven a cabo estos enjuagues que permiten condonar millonarios adeudos a los grandes usuarios, pero en esta ocasión, Luis Torres no pudo cumplir con el trato y tampoco pudo devolver el dinero recibido.
El paso de Luis Torres por otras dependencias, como la Aduana de Tijuana, un regalo de su hermano Carlos Torres allegado al entonces presidente Felipe Calderón y a Margarita Zavala, tampoco fue terso.
El caso se suma a otra información recibida en PSN en torno a la adquisición de más de mil medidores a mil 200 pesos, el doble de precio con que han sido adquiridos por el organismo del agua en Mexicali, a razón de 500 pesos.
Nada más lejos de los principios que el organismo presume en su sitio web: honestidad, compromiso, responsabilidad, espeto, congruencia. En vez de ello, su divisa es el chantaje, la extorsión, el encubrimiento y el enriquecimiento ilícito.
Con información de Juan Arturo Salinas
