El presidente chileno, Sebastián Piñera, pidió aumentos modestos a los bajos ingresos y aumentó los impuestos a los ricos después de que la quinta noche de ira en las calles elevó el número de muertos en los disturbios a 15.
Los disturbios, los incendios provocados y los enfrentamientos violentos sacudieron a Chile el martes por la noche. Aproximadamente la mitad de las 16 regiones del país normalmente estable permanecieron bajo un decreto de emergencia y algunas fueron objeto de un toque de queda militar, el primero desde que Chile regresó a la democracia en 1990, salvo los desastres naturales.
La policía antidisturbios usó gases lacrimógenos y cañones de agua el martes para disolver marchas lanzando piedras a manifestantes en varias partes de la capital, Santiago, mientras que los soldados y la policía vigilaban a los chilenos que formaban largas filas en los supermercados.
Carmen Fuentealba, quien está jubilada, dijo: “He caminado varios kilómetros en busca de leche, pero los supermercados permanecen cerrados y las tiendas del vecindario se han agotado”.
Muchas tiendas, estaciones de metro y bancos fueron quemados, dañados o saqueados durante las protestas durante el fin de semana.
Piñera, un multimillonario y expropietario de una aerolínea, dijo a principios de esta semana que Chile estaba “en guerra con un enemigo poderoso e implacable”, pero cambió a un tono más conciliador después de que fue reprendido ampliamente.
Se reunió con miembros de su administración y tres de los seis principales líderes de la oposición el martes para explorar un “acuerdo social” para resolver “los problemas que afectan a los chilenos”.
Horas después, Piñera pidió aumentar las pensiones mensuales más bajas de $151 a $181 pesos chilenos, aumentar el salario mínimo mensual de $413 a $481 y rescindir un aumento en las tarifas de electricidad programadas para entrar en vigencia el próximo mes. Las propuestas también incluyeron un aumento de impuestos para cualquier persona que gane más de $11 mil al mes.
Los disturbios comenzaron la semana pasada cuando un aumento en las tarifas del metro llevó a los estudiantes a saltar sobre los torniquetes de la estación en protesta. Pero el desafío estalló en violencia el viernes, con manifestantes incendiando estaciones de metro, autobuses y un edificio de gran altura.
Luego, las manifestaciones aumentaron para incluir demandas de mejoras en la educación, la atención médica y los salarios, y se extendieron por todo el país, alimentadas por la frustración entre muchos chilenos, que sienten que no han compartido el progreso económico del país.
Poco antes de que estallaran los disturbios la semana pasada, el conservador Piñera le dijo al Financial Times que Chile “parece un oasis” en la región porque tiene una democracia estable y una economía equilibrada y en crecimiento que ha estado creando empleos y mejorando los salarios.
Pero la riqueza se distribuye de manera desigual y Chile tiene una de las tasas de desigualdad más altas de la región. Muchas familias chilenas ganan entre $550 y $700 dólares por mes.
Con información de The Guardian
