Los chilenos han votado en una elección presidencial de segunda vuelta que determinará si el país se mantiene en su rumbo de centro-izquierda o se une a una marea de naciones latinoamericanas que han estado girando hacia la derecha en los últimos años.
La elección fue entre el multimillonario y ex presidente Sebastián Piñera, de 68 años, conservador considerado el favorito pero obtuvo menos votos de lo esperado en la primera ronda del mes pasado, y el senador de centroizquierda Alejandro Guillier, un ex presentador de noticias de televisión de 64 años de edad. .
Ambos candidatos mantendrían el tradicional modelo económico de libre mercado de Chile, pero Piñera ha prometido impuestos más bajos para acelerar el crecimiento, mientras que Guillier quiere que el gobierno continúe con la reforma de educación, impuestos y trabajo de la presidenta saliente Michelle Bachelet.
El concurso tiene lugar antes de una larga serie de elecciones en América Latina en 2018. Mientras que los candidatos populistas –tanto de derecha como de izquierda– están cerca de la cima en los países con las economías más grandes -Brasil y México-, ninguno avanzó a la segunda ronda en Chile.
La elección del domingo fue la primera en la que se permitió votar a los chilenos que vivían en el extranjero, lo que agregó otra capa de incertidumbre.
Piñera llamó a la unidad después de lo que ha sido una campaña amarga y recordó a los chilenos la fortaleza nacional que mostraron durante el rescate de 33 mineros atrapados en 2010, el punto más alto de su primer mandato que terminó en 2014.
“Mi gran esperanza es que después de estas elecciones, a pesar de la división, es que los hcilenos podamos volver a la unidad”, dijo después de votar en Santiago.
Guillier le dijo a una multitud en su ciudad natal de Antofagasta, cerca de las principales minas de cobre del país-Chile es el mayor productor de metal del mundo-que estaba optimista sobre ganar por una “marcada diferencia”.
Guillier, un ex periodista de radio y televisión de medios más modestos que Piñera, se ha comprometido a aumentar el acceso a la educación superior gratuita y escribir los derechos de los trabajadores chilenos y los indígenas en una constitución para reemplazar el documento actual que data de la época de la dictadura.
Piñera, un economista entrenado en Harvard que hizo fortuna al introducir tarjetas de crédito a Chile en la década de 1980, dijo que crearía un fondo público de pensiones para competir con los muy criticados fondos privados de pensiones de Chile y ampliaría la educación gratuita.
Con información de The Guardian
