China dice al mundo que se mantenga fuera de sus ‘asuntos domésticos’ tras muerte de Liu Xiaobo

China ha rechazado una ola de censura internacional por la muerte del defensor de la democracia Liu Xiaobo, diciendo al mundo que se mantenga fuera de sus “asuntos internos” y etiquetó la decisión de 2010 de otorgarle al premio Nobel de la Paz una “blasfemia”.

Liu, de 61 años, falleció el jueves por múltiples fallos de órganos, el primer ganador del Premio Nobel de la Paz que murió bajo custodia desde que el pacifista alemán Carl von Ossietzky, quien murió bajo vigilancia en 1938 después de años confinados en campos de concentración nazis.

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Beijing había ignorado los llamados internacionales para que Liu pudiera recibir tratamiento en el extranjero luego de que se le diagnosticara cáncer de hígado de última etapa en mayo, al parecer temiendo que usaría sus últimos días de libertad para denunciar su gobierno autoritario.

Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, trató el viernes de minimizar la condena internacional de su gobierno echándole la culpa al trabajo de “unos cuantos funcionarios extranjeros”.

El líder del comité noruego del Nobel acusó hoy a Beijing de tener “una gran responsabilidad” por la muerte de Liu, mientras que el secretario británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, dijo que el trato que China le da es “incorrecto”.

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“Los países extranjeros no están en condiciones de hacer comentarios impropios”, dijo Geng, según un informe en inglés publicado por un tabloide del Partido Comunista.

Dijo también en rueda de prensa que China había presentado declaraciones con “ciertos países” sobre sus comentarios relacionados con la muerte de Liu. También criticó la decisión de otorgar al disidente un Premio Nobel en 2010, un año después de ser sentenciado.

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“La concesión del premio a esa persona va en contra de los propósitos de este premio. Es una blasfemia del premio de la paz “, dijo Geng. No obstante, afirmó que se habían hecho “esfuerzos totales” para tratar al disidente con “humanidad y de conformidad con la ley”.

Los activistasde los derechos humanos rechazan esas afirmaciones como mentiras diseñadas para enmascarar la responsabilidad de Beijing por la muerte de Liu, quien fue condenado a 11 años de cárcel por su papel en una protesta pro-democracia. “Este es en última instancia un asesinato político”, dijo Hu Ping, que había conocido a Liu desde la primavera de 1989, cuando las protestas en favor de la democracia sacudieron a Beijing.

Con información de The Guardian