Los científicos han creado una piel de reemplazo, genéticamente modificada para cubrir casi todo el cuerpo de un niño sirio de siete años que sufría de un desorden genético devastador.
El tratamiento marca un éxito raro y sorprendente para el campo de la medicina regenerativa, que ha estado luchando por transformar la ciencia que suena futurista en terapias que hacen una diferencia para los pacientes. En el último intento, la vida del niño, cuya enfermedad estuvo a punto de matarlo, logró salvarse.
Antes de someterse a la cirugía, el niño había perdido el 80% de su piel, dejándolo cubierto de heridas infectadas e intratables. Le dieron morfina para hacer frente al dolor y sus médicos se estaban preparando para comenzar el tratamiento paliativo después de que todas las terapias convencionales habían fallado.
El profesor Cédric Blanpain, científico de células madre de la Universidad Libre de Bruselas, describió el trabajo como uno de los ejemplos más impresionantes hasta la fecha del uso de células madre en humanos. “Hay muy pocas enfermedades que se hayan beneficiado hasta ahora”, dijo. “Este es un bello ejemplo de algo que era impensable antes del estudio. Reemplazar y corregir genéticamente toda la piel de un paciente es simplemente increíble “.
Claire Higgins, profesora de bioingeniería en el Imperial College London, describió el ensayo como “un gran logro y bastante notable”.
El niño, que llegó a Alemania en 2013 después de que su familia huyó de Siria como refugiada, padecía una enfermedad genética llamada epidermólisis bullosa de unión, que causa que la piel se vuelva frágil y ampollada. En el momento en que llegó a ser tratado, había perdido la capa superficial de la piel, llamada epidermis, de casi todo su cuerpo, con solo la piel en la cabeza y un parche en la pierna izquierda que permanecía intacto.
Sus doctores, con base en el Hospital de Niños de la Universidad, Ruhr University Bochum, habían intentado injertarle la piel a su padre, pero el transplante había sido rechazado. Como último recurso, el equipo buscó la ayuda de científicos italianos que habían sido pioneros en una técnica para regenerar la piel sana en el laboratorio, pero que nunca habían intentado usarla en un caso tan ambicioso.
Con información de The Guardian
