Ciudad colonial de St. Augustine, la más golpeada de Florida por huracán Matthew

Jacksonville, Estados Unidos | AFP – por Leila MACOR

La pintoresca ciudad de St. Augustine, la más antigua de Florida, ahora es además la más afectada por el huracán Matthew, confirmó el gobernador del Estado el sábado tras recorrer las calles costeras, destruidas en grandes tramos por la crecida del mar.

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“Es la zona más afectada que he visto”, dijo el gobernador Rick Scott a un reducido grupo de periodistas que lo acompañó en un recorrido por la playa de la ciudad colonial, fundada por los españoles a mediados del siglo XVI.

El huracán golpeó la noche del viernes con categoría 3 la costa atlántica de Florida antes de llegar el sábado, debilitado, a los estados de Georgia y las Carolinas y luego de haber dejado 400 muertos en Haití.

En Estados Unidos, se registran nueve víctimas fatales hasta el momento.

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Florida no tuvo el impacto que se esperaba porque el ojo del huracán no tocó tierra firme, pero las casas emplazadas al borde de la ruta que bordea la playa de St. Augustine estaban prácticamente destruidas, con sus pilares quebrados y los balcones caídos.

Después de sobrevolar toda la zona afectada en helicóptero, el gobernador recorría el área a pie con un grupo de funcionarios. “Fuimos bendecidos porque no nos pegó directamente, esa era mi principal preocupación”, dijo Scott, al añadir que la evaluación económica de los daños tomará unos días.

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Los puentes a Anastasia, una isla barrera que aloja a St. Augustine en el condado de St. Johns, estuvieron cerrados casi todo el día debido a los destrozos y solamente se abrieron a los residentes, periodistas y personal del condado al caer la tarde del sábado.

Pero los informes iniciales ya daban cuenta de un escenario “catastrófico”, como había confirmado a la AFP más temprano el comandante Chuck Mulligan, portavoz de la oficina del alguacil de condado de St. Johns.

El resto de Florida, exceptuando las zonas de Daytona Beach, Cabo Cañaveral y Flagler Beach, se salvaron de la peor parte.

La calma después de la tormenta fue lúgubre durante el día: las playas estaban desoladas; los trabajadores de obras públicas retiraban de las rutas árboles, ramas y escombros; los semáforos estaban inertes y un millón de personas se había quedado sin electricidad, un servicio que fue restablecido parcialmente a lo largo del día.

– “No nos fue tan mal” –

Durante el azote de Matthew, el mar lamió las calles de la costa hasta varias cuadras adentro y las crecidas del río St. Johns, que desemboca en Jacksonville, dejaron los muelles bajo el agua.

Más al norte, en Jacksonville Beach y las playas vecinas, algunos residentes que habían desobedecido las órdenes de evacuación deambulaban por las zonas afectadas para ver los daños, que aunque eran evidentes no fueron tan desastrosos como se había esperado.

Se veían árboles y ramas caídas, calles llenas de escombros traídos por la marejada, ya retirada, y algunas vías inundadas.

“Cuando la marejada llegó daba mucho miedo, era agua y más agua y más agua, y los árboles se caían”, dijo Taylor Overeen, un vendedor de 32 años que decidió enfrentar la tormenta y ahora paseaba por el bulevar costero, desierto, de Jacksonville Beach.

“Pensé que el agua iba a llegar a mi garaje, pero al final no avanzó tanto. Nunca experimenté algo así, pero no nos fue tan mal”, añadió.

Otra residente que paseaba por la playa vecina de Atlantic Beach se sentía triunfal: “Tenemos mucha suerte, me siento como una superviviente, ¡logramos superar una tormenta asesina!”, dijo Helen Brown, de unos 60 años.

El viernes por la tarde, cuando llegaba el huracán, toda el área lucía fantasmal.

Las autopistas y calles estaban desiertas, las tiendas cerradas y no se veía un alma en la intemperie. Las ciudades costeras estaban bajo toque de queda y la visibilidad para conducir era de apenas unos metros antes de transformarse en una densa cortina blanca.

Desde que se convirtió en huracán el 29 de septiembre, Matthew atravesó el Caribe de sur a norte, afectando a Colombia, Jamaica, República Dominicana, Cuba, Bahamas y Haití.

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