Al menos 14 civiles, incluida una niña, murieron el sábado por el bombardeo del régimen sirio contra la región oriental de Ghouta, controlada por los rebeldes, cerca de Damasco.
Diez de las víctimas murieron a causa de ataques aéreos y otras cuatro murieron por disparos de cohetes, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña. Agregó que otras 40 personas resultaron heridas y es probable que la cifra de muertos aumente.
En un centro médico cerca de la ciudad de Hazza, un fotógrafo de AFP vio niños heridos y el cuerpo de un niño envuelto en plástico.
Las incursiones del sábado del régimen se produjeron después de un ataque perpetrado el martes por el grupo rebelde islamista Ahrar al-Sham en una base militar cerca de la ciudad de Harasta.
El viernes, los bombardeos del régimen mataron al menos a 19 personas, incluidos seis niños, principalmente en la ciudad de Douma. Las muertes ocurrieron en medio de una escalada en los ataques de golpe por golpe entre las fuerzas del régimen y los rebeldes que tenían el enclave en las afueras del este de la capital.
Los bombardeos de represalia de Damasco el jueves y el viernes por los rebeldes mataron a nueve personas.
La agencia oficial de noticias Sana dijo el sábado que el bombardeo rebelde de la ciudad mató a una persona e hirió a 20.
Se supone que Eastern Ghouta es parte de una “zona de desescalada” según un acuerdo entre Rusia, Irán y Turquía para reducir el nivel de violencia.
Las fuerzas del presidente Bashar al-Assad han asediado el este de Ghouta desde 2013, y las condiciones humanitarias en el área, donde viven unas 400,000 personas, son terribles.
Se estima que más de 330,000 personas murieron en la guerra siria, que comenzó en 2011 cuando el régimen aplastó brutalmente las protestas contra el gobierno. Millones han sido desplazados.
Con información de The Guardian
