Clausuran el Año de la misericordia

Con una invitación a aprender a perdonar y sentir compasión por los que están caídos en la miseria humana, la Diócesis de Ensenada realizó ayer la Clausura del Año de la Misericordia con una misa celebrada por el obispo Rafael Valdez Torres.

Lo anterior debido a la proclamación del Papa Francisco el 8 de diciembre del 2015, fecha en la que también realizó la apertura de “La Puerta Santa de la Basílica de San Pedro”.

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Los miles de fieles se reunieron en el crucero formado por la avenida Floresta y calle Sexta, sitio en el que fue acondicionado un templete para la celebración eucarística.

Debido a la importancia de la ceremonia, a partir de las 16:00 horas fueron programadas confesiones por 18 sacerdotes en el interior de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe; a las 17:00 horas comenzó el Festival de la Misericordia.

Al concluir el santo Evangelio según San Juan, que refiere la historia del buen pastor que da la vida por sus ovejas, prosiguió el monseñor Valdez Torres con la homilía.

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Recordó la solicitud del Papa de que al cerrar la Puerta Santa de cada una de las iglesias particulares, de cada una de las catedrales en el mundo, se debe ser agradecido con Dios y recordar lo que ha hecho por cada persona en este año de gracia y misericordia.

También solicitó ver hacia el futuro y soñar con un mundo distinto y una iglesia sensible a la miseria humana.

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“Quiero invitarlos a que nos llevemos un compromiso de continuar la tarea de la misericordia en dos aspectos importantes en la vida cristiana: el primero, el perdón.
Cuánta falta nos hace aprender a perdonar, cuánta falta hace el perdón en mi familia, en la tuya, en mi escuela, calle, barrio, colonia y trabajo”, mencionó.

El obispo señaló que la gente se ha acostumbrado a odiar y guardar rencor, a romper relaciones con los que piensan distintos, culpar a los que hacen las cosas que no agradan, o hacerlos sentir mal porque no entran en la misma camarilla o interés.

“Hermanos es urgente el perdón, tanto el que Dios nos da a través del sacramento de la reconciliación como el perdón humano que todos debemos experimentar y transmitir a los demás. El otro aspecto que les propongo es la compasión: la compasión que tuvo Jesucristo con las personas más vulnerables, más necesitadas, la oveja perdida y la oveja enferma. El concepto de compasión lo encontramos en la parábola del buen samaritano”, afirmó.

Valdez Torres enfatizó que el mejor autorretrato de Jesucristo no está en un óleo fino, sino en la persona del buen samaritano, misma que debe ser imitada por las demás personas, pues refleja un interés genuino sin tener algún tipo de obligación.

“Esa es la mejor expresión de la compasión. ¿Quién tiene compasión de su hermano? No el que dice unas palabras de lástima… no. El que se baja de donde está para atender la miseria del que está caído, del que tiene hambre, sed, del que está preso, del que necesita algo, del que ignora, del que se ha equivocado… ahí están las obras de misericordia”, expresó. Al concluir la homilía, el obispo de Ensenada se dirigió hacia la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, para cerrar las puertas y simbolizar la Clausura del Año de la Misericordia, acto que fue celebrado por las miles de personas congregadas para escuchar la palabra del Señor.