El COI decide posponer su decisión sobre Rusia

Al menos un ruso sabe con certeza que no estará en los Juegos Olímpicos de Rio: el ministro de Deportes Vitali Mutko. Para los deportistas rusos, amenazados de una exclusión colectiva después del esclarecedor informe McLaren el lunes, el COI decidió el martes no tomar ninguna decisión, trasladando la responsabilidad a las federaciones internacionales.
Después de reunir de urgencia al final de la mañana a su comisión ejecutiva, el Comité Olímpico Internacional (COI) postergó una decisión esperada por el mundo del deporte, precisando sólo que exploraría “las opciones legales” entre una exclusión colectiva de Rusia de los Juegos de Rio “y el derecho a la justicia individual” de los deportistas rusos.
En su comunicado, el COI precisa además que “tomará en consideración la opinión del Tribunal Arbitral del Deporte de Lausana, esperado de aquí al jueves sobre el recurso de 68 atletas rusos que protestan por la suspensión colectiva a manos de la IAAF.
Para los otros deportes, delega en las diferentes federaciones internacionales la responsabilidad de “dirigir una profunda investigación y, en caso de infracción del Código Mundial Antidopaje, tomar sanciones contra las federaciones nacionales rusas”, explica el COI.
Dichas investigaciones deberán ser coordinadas con el trabajo de Richard McLaren, jurista canadiense que denunció el lunes en su informe “dopaje de Estado” en Rusia, con la participación “activa” de los Servicios Secretos.

‘Druidas’ de los Servicios Secretos

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La posición del COI exhibió falta de contundencia, un día después de las palabras de su propio presidente, Thomas Bach, según quien el informe McLaren revelaba “un ataque impactante y sin precedentes a la integridad del Deporte y de los Juegos Olímpicos” por parte de Rusia.
Bach había añadido entonces que el COI no dudaría en “tomar las sanciones más severas que pueda infligir a toda persona u organización implicada”.
Nada más lejos. Rusia no es por el momento el primer país excluido de los Juegos desde que se quedase fuera en Sídney-2000 el Afganistán de los talibanes.
Rusia, gigante del deporte, mantiene la esperanza de estar presente en Rio del 5 al 21 de agosto.
Portada de los medios a nivel planetario en junio por el comportamiento violento de sus aficionados en la Eurocopa de fútbol en Francia, Rusia volvió a ser el foco del mundo del deporte el lunes con la publicación del informe McLaren, que ponía luz sobre cómo operaba en el sistema de dopaje.
Dopaje de Estado organizado desde 2011 hasta 2015, resultados de controles antidopaje falsificados, muestras positivas de los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 ocultadas con ayuda de agentes secretos: el informe McLaren detalla el modus operandi de Rusia en el dopaje.
Desde 2011, Rusia organizó sobre su suelo los Juegos de Invierno-2014, los campeonatos del mundo de atletismo (2013), de natación (2015) y de esgrima (2014 y 2015).
Y el dopaje no ha golpeado sólo al atletismo, deporte en el que la Federación Rusa (Araf) está ya suspendida para Rio, a la espera del repechaje en unos días de determinados atletas a título individual por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
El texto señala 30 deportes, como la halterofilia, la lucha, el remo, el ciclismo, el fútbol, e incluso el curling.
A 17 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Rio, llegan peticiones desde todos los estamentos del deporte en favor de la exclusión total de Rusia de la cita olímpica carioca.

‘Provocadoras exigencias antirrusas’

L’AMA, que encargó el informe al profesor McLaren, esperaba una respuesta más fuerte del COI: “La AMA apela al movimiento olímpico a impedir la presencia de los rusos en las competiciones internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos de Rio, hasta que (Rusia) no cambie su cultura”, insistió el lunes.
Esta sanción, recomendada especialmente por el Comité Olímpico alemán y por varias agencias nacionales de lucha contra el dopaje, es también esperada por los representantes de los atletas en el seno del COI.
“Espero que nuestros líderes tengan la voluntad y la fuerza de tomar la decisión que debe tomarse (…) Es un momento extremadamente importante para el deporte y el movimiento olímpico”, previno la nadadora de Zimbabwe Kirsty Coventry.
Rusia reaccionó el lunes por la tarde, denunciando una “injerencia peligrosa” de la política en el deporte y evocando el escenario de una nueva Guerra Fría, esta vez deportiva.
“Sí, la forma de la injerencia ha cambiado, pero el objetivo es el mismo: hacer del deporte un instrumento de presión geopolítica”, indicó el Kremlin en un comunicado.
El martes por la mañana, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, se quejó a su homólogo estadounidense John Kerry de las “provocadoras exigencias antirrusas” de la Agencia estadounidense Antidopaje (Usada), que reclama la exclusión de Rusia.
Si es cierto que existe una Guerra Fría deportiva, Rusia ganó este martes una batalla.
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