La policía colombiana ha suspendido a cuatro agentes que dispararon contra una multitud de manifestantes en un confuso incidente que dejó al menos seis campesinos cocaleros muertos y otros 20 heridos en la región sudoccidental de Tumaco.
La medida se produce un día después de que la policía disparó al aire y lanzó granadas de aturdimiento contra una comisión humanitaria formada por activistas de derechos humanos y periodistas locales que intentaban llegar al lugar remoto de los asesinatos.
El presidente Juan Manuel Santos llamó el lunes el episodio “lamentable” y prometió una investigación exhaustiva de ambos incidentes, que han puesto de manifiesto la continua amenaza de violencia en el país, incluso después de un acuerdo de paz con los rebeldes de las Farc.
Los seis campesinos cocaleros fueron asesinados el 5 de octubre durante una protesta de los productores de hoja de coca, utilizada en la fabricación de cocaína, contra los esfuerzos de erradicación forzosa. Las fuerzas de seguridad culparon por primera vez a una facción disidente de las Farc por las muertes, pero activistas locales dijeron que la policía había abierto fuego contra los manifestantes. Las pruebas forenses preliminares mostraron que los seis agricultores fueron asesinados por balas de gran alcance a gran velocidad.
Para el lunes el gobierno reconoció que los testigos abrumadoramente culpan a la policía. “La inmensa mayoría del testimonio señala a la policía como responsable”, dijo el vicepresidente Óscar Naranjo, ex jefe de la policía nacional que viajó a Tumaco tras los asesinatos del jueves.
Aunque los funcionarios del gobierno han prometido una investigación completa, Naranjo no descartó la posibilidad de que la escena de los asesinatos podría haberse manipulado. “Estuvo desprotegido durante 12 horas”, dijo. “Tenemos que ser realistas.”
Con información de The Guardian
