En un modesto parque empresarial de Arizona, los restos criopreservados de 181 personas se pueden encontrar sumergidos en tanques de nitrógeno líquido a una temperatura de -196 ° C, a la espera de que la ciencia les conceda su deseo de restaurar la vida.
La instalación alberga la Alcor Life Extension Foundation, una organización sin fines de lucro que se encuentra en la ciudad desértica de Scottsdale, parte de la gran área de Phoenix en Arizona. Desde principios de la década de 1970, se han propuesto la misión de ser el líder mundial en criónica: el arte de preservar los cuerpos y cerebros humanos a temperaturas bajo cero, con la esperanza especulativa de que los desarrollos futuros en ciencia y tecnología puedan algún día hacer posible la resurrección.
Actualmente, ningún ser humano ha sido revivido de la muerte después de haber sido preservado a temperaturas bajo cero, y la tecnología no parece estar en el horizonte. Como tal, muchos científicos han disipado la criónica como pseudociencia, tonterías insostenibles y charlatanería. Alcor también ha sido objeto de una serie de controversias y acusaciones, las cuales han negado.
Sin embargo, Alcor sostiene que la mera posibilidad de la tecnología por sí sola es suficiente para garantizar sus servicios.
“Actualmente, ninguna organización criónica puede revivir a un paciente criopreservado, pero en Alcor tenemos la confianza de que la reactivación puede ser posible. Se espera que la nanotecnología y otras tecnologías médicas futuras tengan capacidades muy amplias ”, dice Alcor en su sitio web.
Alcor publica una lista completa de sus 181 criopreservaciones en su sitio web, que contiene una breve descripción de cada “paciente”. Por ejemplo, la persona número 181 en someterse a este proceso fue un hombre de 67 años cuyo cerebro fue criopreservado después de morir de insuficiencia renal en agosto de 2020. La gran mayoría de las personas que se han sometido a este proceso eran de EE. UU., Pero hay también pacientes de Australia, Canadá, Francia, Portugal, España, Reino Unido, Israel, Japón, China y Tailandia.
El cuerpo criopreservado más antiguo de Alcor pertenece al doctor James Hiram Bedford, un ex profesor de psicología de la Universidad de California que murió de cáncer de riñón en 1967. La instalación también alberga la cabeza criopreservada de la leyenda del béisbol Ted Williams, y el capitalista de riesgo Peter Thiel ha reconocido ser un miembro de Alcor, según el New York Times.
Para participar en este curioso experimento, las personas (vivas, en este momento) deben registrarse para convertirse en miembros. A partir de 2020, el costo de la criopreservación de todo el cuerpo es de 200 mil dólares y la neuropreservación (solo el cerebro) es de 80 mil dólares. En las circunstancias ideales, el equipo de reserva criónica está esperando cerca de una persona moribunda hasta una semana antes de la muerte.
Una vez que la persona sea declarada legalmente muerta, se someterá a un proceso de estabilización que implica colocarla en un baño de hielo y reemplazar su sangre con una “solución de preservación de órganos”. Luego, la circulación sanguínea y la respiración se restauran artificialmente para proteger el cerebro y permitir la administración de “medicamentos protectores”. A continuación, la carrocería refrigerada se transportará a las instalaciones de Alcor.
El sitio web señala: “muchos miembros de Alcor optan por jubilarse y / o ingresar a un hospicio cerca de Alcor para un tiempo de transporte más corto y un mejor resultado del procedimiento”.
En la instalación, se les administrarán más crioprotectores para ayudar a preservar los vasos sanguíneos, el cerebro y otros órganos. Después de cinco a siete días, una vez que se completa la preparación, el cuerpo se coloca en un tanque de aluminio que contiene nitrógeno líquido. Aquí, su cuerpo se mantendrá a una temperatura de -196 ° C a la espera de cualquier desarrollo que pueda potencialmente “revivirlos”.
Con información de IFL Science
