Los demócratas de la Congreso de EEUU presentarán el viernes una resolución destinada a bloquear la declaración de emergencia nacional que Donald Trump ha emitido para ayudar a financiar su muro a lo largo de la frontera sudoeste, generando un enfrentamiento por miles de millones de dólares, la política de inmigración y la separación de poderes de la constitución.
Aunque parece casi seguro que el esfuerzo finalmente se quede corto, quizás con un veto de Trump, los votos resultantes permitirán a los demócratas adoptar una postura desafiante contra Trump que seguramente complacerá a los votantes liberales. También pondrán a algunos republicanos de distritos y estados en un lugar difícil.
La introducción formal de la medida establece un voto por parte de toda la Cámara de Representantes, probablemente a mediados de marzo y quizás tan pronto como la próxima semana, debido a un cronograma establecido por la ley. El paso inicial por la casa dirigida por los demócratas parece asegurado.
La medida luego se trasladaría al Senado controlado por los republicanos, donde puede haber suficientes deserciones del partido Republicano para su aprobación. La ley que establece las reglas para las declaraciones de emergencia parece requerir que el Senado aborde el tema también, pero nunca ha habido un esfuerzo del Congreso por bloquear una y aún quedan algunas incertidumbres en los procedimientos.
La oradora de la Cámara, Nancy Pelosi, parecía predecir la aprobación, y les dijo a sus colegas en una carta que su cámara “se movería rápidamente” para aprobarla y que “la resolución se remitirá al Senado y luego se enviará al escritorio del presidente”.
Si la Cámara de Representantes y el Senado aprueban inicialmente la medida, parece poco probable que el Congreso de EEUU reúna las mayorías de dos tercios en cada cámara que se necesitarían más adelante para anular un cierto veto de Trump.
Aun así, los senadores republicanos que enfrentan duras luchas por la reelección en estados competitivos como Arizona, Colorado y Carolina del Norte tendrían que tomar posiciones que podrían arriesgarse a dividir a los votantes pro-Trump y más moderados del Partido Republicano.
