Los equipos de rescate que vestían trajes de emergencia blancos continuaron su búsqueda sombría de cuerpos y sobrevivientes en las Bahamas tras ser devastadas por el huracán el lunes, mientras las agencias de ayuda trabajaban para entregar alimentos y suministros a través de carreteras inundadas y montones de escombros.
Al menos 44 personas murieron cuando el huracán Dorian azotó las Bahamas el 1 de septiembre, aplastando casas y arrojando autos y aviones como juguetes. Al menos cinco muertes se atribuyeron a la tormenta en el sureste de los Estados Unidos y una en Puerto Rico.
Dorian fue una de las tormentas caribeñas más poderosas de la historia, un huracán de categoría 5 con vientos de 200 mph. Se estancó en las Bahamas durante casi dos días, convirtiéndose en el peor desastre en la historia de la nación.
Grandes franjas de la isla Greater Abaco fueron destruidas. En la sección Mudd de la isla, muy afectada, los equipos de búsqueda han utilizado la tecnología de geoetiquetado para marcar la ubicación de los cuerpos.
El gobierno de las Bahamas dijo el domingo que más de 900 miembros de su policía y militares estaban en Abaco y Gran Bahama para ayudar con el alivio de huracanes. El gobierno también dijo que habían llegado 120 miembros del personal de seguridad de Jamaica y que debían entregarse 100 soldados de Trinidad y Tobago.
Un gran número de fuerzas de seguridad de Gran Bretaña y Estados Unidos también participaron en operaciones de búsqueda, rescate y recuperación, dijo el gobierno de las Bahamas.
La Agencia Nacional de Manejo de Emergencias de las Bahamas dijo el domingo por la noche que 2.500 personas habían sido evacuadas, la mayoría de Abaco. Miles de personas han llegado a la capital, Nassau, donde los refugios están bajo presión. Cientos de personas desplazadas por la tormenta han huido a los Estados Unidos.
Los refugios albergaban a unas mil 100 personas, dijeron las autoridades. Más se quedaban con amigos y familiares. El gobierno de las Bahamas estaba pidiendo a los residentes cuyas casas estaban intactas que se abrieran a los desplazados por la tormenta.
El 90% de los hogares, edificios e infraestructura en Marsh Harbour sufrieron daños, dijo el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Miles vivían en un edificio del gobierno, un centro médico y una iglesia anglicana, pero tenían poco o ningún acceso a agua, electricidad e instalaciones sanitarias.
Alrededor de 70 mil personas necesitaban comida y refugio, estimó el PMA. Los pronosticadores privados estimaron que unos $ 3 mil millones en bienes asegurados fueron destruidos o dañados.
Según la Organización Panamericana de la Salud, el riesgo de brotes de diarrea y enfermedades transmitidas por el agua era alto, ya que el agua potable puede estar contaminada con aguas residuales.
