Corea del Norte advirtió que las nuevas sanciones de Estados Unidos contra los altos cargos del régimen son una “provocación deliberada” que podría desbaratar sus intentos de desnuclearización, seis meses después de que su líder, Kim Jong-un sostuviera conversaciones históricas con Donald Trump.
En una declaración llevada a cabo por la agencia oficial de noticias KCNA, el Norte elogió a Trump por su “disposición” para mejorar las relaciones con Pyongyang, pero dijo que la decisión del Tesoro de EE. UU. De imponer sanciones a tres funcionarios por presuntos abusos a los derechos humanos podría “bloquear el camino hacia la desnuclearización” en la península coreana para siempre ”.
“Hemos estado proponiendo que se mejoren las relaciones RPDC-EE. UU. Con un enfoque paso a paso para resolver lo que es posible uno por uno, dando prioridad al fomento de la confianza”, agregó, utilizando el acrónimo del nombre oficial del país República Popular Democrática de Corea.
La declaración, atribuida al director de investigación de políticas del Instituto de Estudios Americanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, agregó que los funcionarios estadounidenses, incluidos los del departamento de estado, estaban “decididos a devolver las relaciones RPDC-EE. UU. Al estado del año pasado, que fue marcado por los intercambios de fuego “- una referencia a los lanzamientos de misiles balísticos de Corea del Norte y una prueba nuclear, así como intercambios verbales enojados entre los líderes de los países.
Dijo que Washington era culpable de un “grave error de cálculo” si creía que aplicar más presión económica al régimen lo obligaría a abandonar su programa de armas nucleares. En cambio, otras sanciones podrían “bloquear el camino a la desnuclearización en la península de Corea para siempre”, dijo.
Las conversaciones entre Pyongyang y Washington han avanzado poco desde que Kim y Trump acordaron una declaración vagamente redactada que puso a Corea del Norte en el camino hacia la desnuclearización cuando se reunieron en Singapur en junio.
Las dos partes aún tienen que reprogramar las conversaciones a nivel de trabajo entre el secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, y su homólogo norcoreano, Kim Yong-chol, que se suponía que tenían lugar en Nueva York a principios de noviembre.
Esa reunión se pospuso indefinidamente después de que las dos partes no lograron encontrar puntos en común sobre la demanda de Pyongyang para el alivio de las sanciones y los llamamientos de Washington para avanzar en la desnuclearización.
Stephen Biegun, el representante especial de Estados Unidos sobre la política de Corea del Norte, visitará Seúl esta semana para conversar con funcionarios surcoreanos con el objetivo de salvar las negociaciones de desnuclearización descarriladas con Pyongyang, dijo la agencia de noticias Kyodo.
Los tres funcionarios a los que apuntan las nuevas medidas incluyen a Choe Ryong-hae, quien se cree que está cerca de Kim.
El estallido de Corea del Norte se produjo cuando marcó el séptimo aniversario de la muerte de su ex líder, Kim Jong-il, con votos de lealtad a su hijo Kim Jong-un.
Decenas de miles de personas en Pyongyang ofrecieron flores y respetaron al fallecido líder en Mansu Hill, la ubicación de las enormes estatuas de Kim Jong-il y su padre y fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung.
