Una corte brasileña confirmó la condena del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción y lavado de dinero, en un fallo que complica sus planes de postularse para un tercer mandato y marca un extraordinario cambio de fortuna para el líder más popular en la historia moderna de Brasil .
Tres jueces de la corte de apelaciones de Porto Alegre votaron el miércoles unánimemente para mantener la sentencia de que Lula fue entregado por un tribunal inferior, y aumentaron la pena de nueve años y medio a 12 años y un mes.
La decisión provocó protestas en todo Brasil, y los manifestantes prendieron fuego a los neumáticos y bloquearon las calles en Porto Alegre y São Paulo.
Lula encabeza las primeras encuestas para las elecciones presidenciales de octubre, pero la última decisión judicial significa que se le puede prohibir la postulación.
El ex líder sindical dice que es inocente y que el proceso tiene una motivación política para evitar que se presente a una elección. Sus partidarios lo han llamado un ataque a la democracia.
Los brasileños estaban muy unidos a la cobertura del caso, con sitios de noticias y transmisiones de televisión en vivo desde la corte brasileña.
Las tropas y la policía cerraron el edificio de la corte en el centro de Porto Alegre, pero decenas de miles de partidarios de Lula, que habían viajado desde todo Brasil, se reunieron en una avenida cercana ante una línea de policías antidisturbios impasibles.
Marilia Vieira, 48, una maestra de Brasilia, había pasado 36 horas en un autobús para llegar allí.
“La lucha continuará. Y se pondrá más serio “, dijo.
El veredicto confirmó una sentencia entregada a Lula en julio por Sérgio Moro, un juez conocido por sentencias duras en casos de corrupción y un aumento de la pena de prisión.
Lula fue declarado culpable de recibir un apartamento dúplex junto al mar por valor de 755,000 dólares de una compañía constructora llamada OAS. Los fiscales dijeron que el regalo era parte de un esquema de sobornos multimillonario controlado por el ex presidente de la petrolera estatal Petrobras.
Con información de The Guardian
