Después de 20 años de conflicto, los talibanes están tomando el control de Afganistán una vez más. Muchas personas en el país están preocupadas por su seguridad y sustento, ya que las estrictas leyes de los talibanes se centran en la subyugación de las mujeres, así como de las minorías religiosas y étnicas y la prohibición de las artes. También existe una seria preocupación por una nueva crisis humanitaria en el contexto de la pandemia de COVID-19.
Históricamente, la organización insurgente ha estado en contra de las vacunas. Los comandantes talibanes son conocidos por bloquear el acceso a las vacunas contra la poliomielitis que salvan vidas, así como por asesinar a trabajadores humanitarios en las últimas dos décadas. El grupo adoptó un enfoque diferente en lo que respecta a la pandemia de COVID-19: en realidad ayudó a los esfuerzos nacionales e internacionales para controlar la propagación del virus en las áreas de Afganistán que controlaba en ese momento.
Sin embargo, esa buena voluntad parece haber llegado a su fin. El medio de noticias afgano Shamshad News informa que los talibanes han prohibido el uso de vacunas COVID-19 en Paktia, una de las 34 provincias del país ubicada en el este de Afganistán. Según el director provincial de Salud Pública, Walayat Khan Ahmadzai, los talibanes les han dicho que dejen de distribuir las vacunas y desde entonces han cerrado la sala de vacunas COVID-19 en el hospital regional.
Afganistán ha visto más de 150.000 casos de COVID-19 y casi 7.000 muertes.
La organización militar ha sido una de las principales facciones en la Guerra Civil afgana, teniendo el control del país entre 1996 y 2001 tras la retirada soviética. Fueron destituidos del poder en 2001 cuando Estados Unidos y el Reino Unido invadieron Afganistán. Durante las últimas dos décadas, han continuado las insurrecciones en todo el país. El domingo 15 de agosto, la capital Kabul cayó ante los talibanes cuando el presidente afgano Ashraf Ghani huyó del país y el gobierno colapsó.
Muchos países occidentales que participaron en la guerra en Afganistán, como Alemania y el Reino Unido, están evacuando a su personal diplomático del país, aunque están demorando en comprometerse con un programa de refugiados, a pesar de que Estados Unidos y Canadá se comprometieron a reasentar a los afganos vulnerables. . No está claro si se llevarán a cabo los planes para continuar la deportación de inmigrantes a Afganistán notificados recientemente por seis países de la UE.
Con información de IFL Science
