Ciudad de México – Las ciudades mexicanas han crecido sin planeación en el uso del suelo y el transporte, afirma Manuel Suárez Lastra, Director del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Según la Encuesta Nacional de Transporte y Movilidad realizada por esa institución, los encuestados calificaron el transporte público de sucio, lento, incómodo, inseguro, caro e ineficiente.
Mientras, el 90% de los entrevistados externó su deseo de tener un auto particular ya que en el transporte público las unidades están en mal estado y los horarios son caóticos. “Por ello, el modo de transporte que todos quieren es el auto, y quienes ya tienen uno no están dispuestos a bajarse”, aseguró Suárez Lastra, quien lideró la investigación Los mexicanos vistos por sí mismos.
El investigador detalló que los tiempos de traslado en el país son de 44 minutos por recorrido aproximadamente y el transporte en la capital es más barato porque está subsidiado y regulado; además, las condiciones socioeconómicas de esta metrópoli son las mejores del país. “Pocas urbes tienen sistemas metropolitanos de transporte. Monterrey cuenta con dos líneas de metro; Guadalajara con una especie de tren ligero, y otras con sistemas de metrobús, pero incipientes”, puntualizó el experto.
El informe ofrece datos del año pasado y en 2016 varios estados han implementado el sistema de autobús de tránsito rápido (BRT por sus siglas en inglés), para mejorar la calidad del sistema y no son considerados por el autor.
Por otro lado, el estudio arrojó que el gasto promedio en transporte es de 1,600 pesos mensuales aproximadamente por hogar, es decir 12.4% de su ingreso. En tanto, el 8% de los hogares, que suelen ser los más pobres, no reporta ningún gasto en transporte, ya que en entornos rurales la gente camina y anda más en bicicleta.
Para una mejor movilidad y transporte en las urbes, la base es la planeación en etapas tempranas de su crecimiento, de forma que la población emplee su tiempo en recreación, con la familia o el trabajo, en lugar de trasladarse, concluyó el director del Instituto de Geografía de la UNAM.
