Egipto abrió su frontera con Gaza el miércoles, proporcionando un raro pasaje para miles de personas atrapadas en el enclave costero que han vivido bajo bloqueo durante más de una década.
Miles de palestinos -algunos sentados desde el amanecer junto a maletas llenos con la esperanza de que Egipto les permita entrar- se reunieron en un estadio antes de ser trasladados a los autobuses. Levantaron sus documentos de identificación cuando sus nombres fueron llamados de una lista.
Khalil Qeshta, de 45 años, dijo que el tratamiento médico en Gaza no había ayudado a su hijo, que ha estado sufriendo durante meses por una condición estomacal debilitante que lo ha hecho vomitar sangre.
“Iré a Egipto por mi propia cuenta”, dijo. “Mi hijo tiene cinco años y ha estado enfermo por más de dos años. Probamos todos los medios en Gaza, pero no hay tratamiento. Esta es la tercera vez que intento viajar. Espero ser uno de los afortunados hoy “.
Un estudiante dijo que había sido aceptado para estudiar ingeniería en Turquía, pero se perdió la fecha de inicio del curso en septiembre. Espera llegar al segundo término, que ya comenzó.
El cruce de Rafah estará abierto durante cuatro días de forma humanitaria. Egipto lo ha mantenido en gran medida sellado desde 2013, citando razones de seguridad. Las autoridades egipcias han acusado a Hamas de ayudar a los grupos involucrados en la insurgencia de Sinaí. El año pasado, Egipto solo permitió el paso en 36 días, según las Naciones Unidas.
Unos 30,000 habitantes de Gaza, incluidos pacientes médicos, estudiantes y empresarios, están en lista de espera para viajar a través de Rafah. Pero no todos están garantizados.
Bajo el control de la Autoridad Palestina desde noviembre, de acuerdo con un acuerdo de reconciliación firmado con Hamas, Rafah es la principal puerta de entrada para los 2 millones de residentes de Gaza que enfrentan una creciente crisis humanitaria.
La escasez de electricidad ha provocado apagones hospitalarios y el bloqueo israelí, impuesto en 2007 después de que Hamas tomó el control, ha controlado estrictamente el movimiento de personas y mercancías desde otros cruces.
Con información de The Guardian
